Colectivo de familias de desaparecidos ve innecesario uso de la fuerza contra mujeres en IJCF

"No nos pasamos a la fuerza. La puerta estaba abierta porque entró una carroza y fue el momento que nosotros aprovechamos", dijo la representante de la agrupación.

Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (Fernando Carranza)
Diana Barajas
Guadalajara /

Más de 30 mujeres integrantes de colectivo Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej) fueron sacadas por la fuerza de las instalaciones del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, el martes por la tarde.


“Nosotros como colectivo preparamos nuestra ceremonia para estar listas a la hora que se los entregasen y pues dieron las 12 del día, las tres de la tarde, las 5 de la tarde y nada. Ni Fiscalía ni Ministerio Público hizo lo correspondiente”, dijo la líder del colectivo Guadalupe Aguilar

Según relató Aguilar tras varias horas de retraso para entregar los cuerpos y sin ninguna justificación por parte del personal, la molestia inundó a las mujeres, así que entraron a las instalaciones y uno de los policías que custodiaban el lugar, avisó por radio que un grupo de mujeres había ingresado a la fuerza.

“Lo cual no fue cierto, no nos pasamos a la fuerza. La puerta estaba abierta porque entró una carroza y fue el momento que nosotros aprovechamos, nosotras ni volteamos, las señoras ni voltearon a ver al policía, se pasaron y punto”, señaló.


En cuestión de minutos, se movilizaron siete patrullas estatales y dos municipales para sacar a las mujeres. De acuerdo con la representante de las familias no era necesaria dicha cantidad de unidades, ya que solo querían respuestas por parte del personal para saber a qué hora entregarían los cuerpos.

“Están utilizando la fuerza bruta, están queriéndonos asustar, estar queriéndonos amedrentar y no se debe de hacer. Definitivamente no hay razón para que hayan hecho eso, no la hay, para eso existe el diálogo”, expuso.

Los cuerpos pertenecían a dos jóvenes desaparecidos en 2019 y encontrados sin vida a principios de 2020 en la fosa clandestina de El Mirador.

Año y medio después, el servicio médico forense entregó ambos cuerpos en segmentos. Les faltaba una pieza a los dos pero las madres y el colectivo pugnaron para que los entregaran así para darles santa sepultura.

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