Hace nueve meses, precisamente el 19 de diciembre del 2017, Edgar Hilario Torres Castro de 15 años de edad salió de su hogar, en la comunidad de Jesús del Monte, como cualquier día normal, el joven desapareció y hasta hace unos días su cuerpo fue encontrado sin vida.
Ayer sus restos fueron velados por sus familiares y seres queridos A su desaparición se sumó también la de su amigo, el joven de la misma edad, Jesús Isaías Pérez Álvarez; según la Alerta Amber el lugar de los hechos fue en San Francisco del Rincón, aunque algunos familiares y amigos señalaron que Jesús Isaías tenía domicilio en el municipio de León.
Los restos de los dos menores de edad fueron identificados por sus familiares, los de Jesús Isaías el fin de semana pasado y los de Edgar Hilario apenas el martes por la noche, el día de ayer se le dio el último adiós en la comunidad de donde vivió.
Fueron días muy dolorosos para los familiares de Edgar, sobre todo en el pasado agosto, mes en que cumpliría 16 años de edad, cumpleaños que tuvieron que pasar con la incertidumbre de si regresaría algún día a casa con vida o no.
"Todo se queda escondido bajo el agua, él cuando se desapareció tenía 15 años, ahorita en agosto acababa de cumplir los 16 años, él ahorita tendría 16 años, pero el desapareció desde diciembre del año pasado", aseguró un familiar de manera anónima.
Fue a las 16:30 horas cuando los menores de edad salieron de su domicilio y jamás volvieron a regresar, se dirigirían hacia su plantel escolar, un Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP), y la desesperación de los familiares comenzó esa misma noche.
Las esperanzas de ambos menores de convertirse en técnicos mecánicos quedó en el olvido y también en el de sus familiares, ya en primer lugar un cuerpo fue identificado y velado el pasado sábado, y el más reciente identificado el martes por la noche y velado el día de ayer.
Los mismos familiares refirieron que ambos menores de edad estaban sanos y sin ningún tipo de vicio, por lo que no se explican cuál podría ser el motivo del porqué ya no regresaron a sus casas con vida.
"Eran unos niños, acababan de ingresar al CONALEP y tenían ilusión los dos de ser mecánicos, entonces pues ahora sí que puedo yo decir eran unos niños muy sanos y llenos de vida, sin vicios ni mucho menos, hasta el momento no nos explicamos qué pasó", aseguró un familiar.