El juez Nicholas Garaufis condenó a Keith Raniere, líder de NXIVM, a pasar 120 años en prisión tras una audiencia celebrada en la Corte Federal de Brooklyn, tras acusaciones de que obligó a mujeres a convertirse en esclavas sexuales y a marcarse la piel con sus iniciales.
Durante la misma testificaron 15 víctimas, cuatro de los cuales son miembros de una familia mexicana afectada tras involucrarse en NXIVM. Héctor Fernández, padre de familia, recién envió al juez una carta de apoyo a Raniere, pero tres de sus hijos y su ex esposa se presentaron hoy a señalar al acusado el daño que les provocó.
Camila, en emotivo discurso, recordó la fecha exacta de septiembre del 2005 cuando Raniere abusó sexualmente de ella a sus 15 años mientras él tenía 45. La mujer aseguró no estar rota y recordó que había venido a Nueva York "porque quiero justicia".
Al referirse a Raniere dijo que "era un peligro por ser alguien que se aprovechaba de la bondad de la gente para abusar".
Adrián, quien trabajó de cerca con Raniere mientras él abusaba de sus hermanas, le dijo "tu tiempo ha llegado y espero que pierdas cada onza de libertad que robaste a los demás".
En tanto que Adriana, madre de ellos, al hacer uso de la palabra aclaró: "cometiste crímenes y denigraste a mis 3 hijas, eres un monstruo. Tu sentencia no tendrá proporción a lo que le hiciste a mi familia".
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"Eres una de los depredadores más peligrosos y espero que vivas el tiempo suficiente en prisión para que pagues por el daño que has hecho", dijo a su vez Ivy Nevares, una mexicana más que testificó la tarde de hoy.
También lo hicieron Barbara Bouchey, quien lo había hecho en la sentencia de Clare Bronfman y Kristin Keefe, otra de las mujeres con las que el sentenciado tuvo un hijo.
irh