El cateo a la residencia que habitan el ex gobernador panista de Baja California, Francisco “Kiko” Vega de Lamadrid, y su familia, no es una cacería de brujas, es porque su esposa no se presentó a declarar ante la Fiscalía General del Estado (FGE), declaró el actual mandatario, el morenista Jaime Bonilla Valdez.
A la señora Brenda Ruacho de Vega, dijo, “se le citó y no vino. Se le volvió a citar y no se apareció, entonces las autoridades tuvieron que hacer lo que tenían que hacer. Ir a buscarlos y catear la casa”.
En su caso “se le acusa de desvíos de dinero del DIF, que es mucho más delicado todavía porque es dinero de los niños, de las familias, de programas sociales”, precisó.
La denuncia la interpuso el gobierno del Estado el pasado 16 de marzo, días después de que la ex primera dama solicitara al DIF la devolución de 1 millón de pesos, presuntamente por una recaudación realizada por una asociación que preside un hijo de ella.
“No es cacería de brujas, es justicia solamente y es lo que la gente me pide”, mencionó Bonilla Valdez.
También, recordó que de la pasada administración “hay muchísimo señalamiento, de más de 1,700 millones de pesos de facturas falsas que no han podido ellos justificar, se le ha citado y no han ido a su cita, no han comparecido”.
bgpa