Con una inversión superior a 160 millones de dólares, la flota naval de la Armada de México se fortalece con la entrada en operación de dos buques de última generación.
Uno tiene equipo antimisiles que los mandos esperan “nunca tener que utilizar” y tecnología a prueba de abordajes “pirata”, así como otro que es el más moderno en materia de aprovisionamiento, los cuales fueron construidos en astilleros de la Secretaría de Marina.
Las principales misiones de los navíos, recién abanderados en Guaymas, Sonora, por el presidente Enrique Peña Nieto, serán apoyar a la población civil en casos de desastre, salvaguardar la vida humana en la mar, combatir a la delincuencia en aguas nacionales, y trasladar provisiones, reos y sus familiares a la colonia penal de Islas Marías en condiciones dignas, reduciendo en este caso la travesía de 14 a cinco horas.
Los capitanes de fragata Gerardo Almonacid, comandante del buque patrulla de vigilancia oceánica Chiapas PO-165, y Marco Polo Sara Amatitla, del buque de aprovisionamiento logístico Isla Madre Bal-11, destacan que todas las operaciones se realizarán con total respeto a los derechos humanos y se videograbarán en “tiempo real” para que el alto mando se encuentre enterado de que se actúa con base en el manual de uso de la fuerza.
Refieren que ambas embarcaciones, que ya causaron alta en la Cuarta Región Naval, fueron construidas con mano de obra y acero 100 por ciento mexicanos, además de que generaron miles de empleos que impulsaron la economía nacional.
VERSÁTIL
En entrevista con MILENIO, Almonacid comentó que el Chiapas destaca por su versatilidad y por tener el trinomio buque-patrulla interceptora-helicóptero, “pero también porque a bordo están las tenientes Itzayana Morales (22 años), mi oficial de navegación, encargado de trazar la ruta segura de todas las travesías, y Rebeca Hernández Francisco (21), licenciada en logística naval, mi oficial, que es la ‘administradora’ del navío”.
Señaló que en la Semar se impulsa la equidad de género y muestra de ello es que las jóvenes están en puestos clave, se les trata con absoluto respeto, pero también tienen sus obligaciones, como hacer correctamente sus guardias navegando o en puerto militar.
“Claro que se les respeta mucho, aunque saben que deben hacer su trabajo como lo establece el manual de organización para patrullas oceánicas clase Oaxaca”, añadió.
El Chiapas fue construido en el Astillero de Marina número 20, en Salina Cruz, “es orgullosamente oaxaqueño”, afirmó.
Agregó que es de última generación y puede transmitir en tiempo real lo que captan 17 cámaras de videovigilancia, dos térmicas para ampliar el espectro de noche, además de que en todas las operaciones o incursiones en embarcaciones sospechosas uno de los marinos lleva colocada una en el casco para registrarlas y que el mando pueda corroborar que se actúa conforme a derecho.
La patrulla interceptora que forma parte del trinomio tiene velocidad de 50 nudos, pesa 11 toneladas y lleva a tres elementos para las operaciones y una escuadra de personal de infantería.
Cuenta con un helicóptero Panther de reciente adquisición. Tiene capacidad para operar con autonomía de 30 días en la mar y plantas para generar su propia agua potable.
La tripulación es de 84 elementos y cuenta con servicio de camareros, cocineros, peluquero, carpintero, buzo, soldador, maquinistas, personal que labora en cubierta y el que opera el armamento.
“Tenemos un montaje sueco de 57 milímetros, cadencia de tiro de 220 disparos por minuto, alcance de tipo de superficie de 12 kilómetros, alcance aéreo de seis kilómetros y contra misiles de cinco kilómetros.
“Si de alguna otra unidad o de tierra nos lanzan un misil, que no ha ocurrido y esperamos que nunca ocurra porque México es un país de paz, podemos estar en tiempo de repeler el ataque”, destacó Almonacid.
Indicó que en los buques Sonora y Durango existen montajes de este tipo, aunque el Chiapas tiene la última versión.
EL MÁS VELOZ
El capitán de corbeta Marco Polo Sara Amatitla, especialista en análisis de operaciones y comandante del Isla Madre Bal-11, comentó que este buque de aprovisionamiento es el más veloz con que cuenta la Semar y es producto de una alianza estratégica entre las secretarías de Gobernación y de Marina.
“Su misión es de aprovisionamiento logístico, la principal tarea es apoyar en zonas de desastre, y con base en esta alianza su segunda misión es proporcionar insumos y traslados al complejo penitenciario de Islas Marías de manera mucho más digna, tanto de reos como de familiares”.
Se construyó en el Astillero número 6 de la Semar, en Guaymas, Sonora, por personal civil y militar mexicano; su capacidad de transporte es de 145 personas y cuenta con una caseta removible para 100 personas que se puede colocar en tierra y tener disponible así una plataforma de carga para 250 toneladas.
En el caso del Isla Madre reducirá el tiempo de traslado del puerto de Mazatlán, Sinaloa, su base estratégica de operaciones, a Islas Marías de 14 a cinco horas.
A diferencia de otras administraciones, los traslados serán cómodos y más seguros; no hay celdas para los reos, a quienes se les garantizan sus derechos humanos y cuya seguridad está a cargo de personal de custodia de la Comisión Nacional de Seguridad.
El capitán dijo que el navío está equipado con dos ametralladoras de 50 centésimas de pulgada para la salvaguarda de la soberanía en los mares. “Es el anhelo de todo oficial de línea ser comandante de un buque, para mí es un gran honor y orgullo que se me haya distinguido tener la comandancia de un barco completamente nuevo”, refirió.