'La Narcosatánica': Las notas que cambiaron la vida de Sara Aldrete

Sara Aldrete escribió dos notas que dieron un giro a de 180 grados a su vida: la primera a su madre para anunciarle un viaje, la segunda en un intento de escapar de un sufrimiento que no estaba ni cerca del final.

Sara Aldrete marcó dos puntos importantes de su vida con dos notas. | Milenio Digital
Víctor Raymundo Montes
Ciudad de México /

En 1989, más de una docena de cadáveres fueron encontrados en una fosa común en el rancho Santa Elena, conocido como el altar de los dioses; uno de los cuerpos era el de un joven estadunidense llamado Mark J. Kilroy; cuatro detenidos fue el saldo de ese hallazgo, un grupo al que se denominó Los Rancheros.

Ellos declararon que los crímenes estaban ligados al norteamericano-cubano Adolfo de Jesús Constanzo, El Padrino, quien ayudaba a Los Rancheros a hacer rituales para ser protegidos en sus negocios turbios.

Pero también se encontraba ligada Sara Aldrete, amiga de El Padrino y de Elio, uno de los detenidos durante el hallazgo de los cuerpos, pues fue ella quien puso en contacto a los dos hombres 

¿Pero cómo Sara pasó de ser una estudiante universitaria a una convicta sentenciada a más de 50 años de prisión

Según la propia Sara Aldrete relata en la serie de HBO Narcosatánica, ella conoció a Adolfo Constanzo aquel día en que en el auto de su padre llevaba a su hermana a una fiesta y se cruzó con El Padrino; ”Soy brujo”, fue parte de aquella presentación que continuó convirtiéndose en amistad.

Aldrete conocía a Elio, quien quería que alguien le hiciera una limpia, pues sus negocios de tráfico no estaban fluyendo de la mejor manera, Sara le dijo que conocía a la persona adecuada, El Padrino.

Tras esa presentación, Adolfo se convirtió en el "brujo" de Los Rancheros, ayudándoles a hacer rituales de protección, hasta el día del hallazgo de los cadáveres y la detención de Elio junto a sus compinches.

Esa detención se le informó a Sara, pero, según dice durante una entrevista realizada para la serie, fue con detalles que no lograron establecer la magnitud de lo que venía, pues el aseguramiento supuestamente había sido por un arma no registrada, por lo cual Aldrete no se preocupó, pues las relaciones que tenían con autoridades facilitarían la evasión de este cargo.

Por ello continúo con sus planes de irse a Acapulco, decisión que serviría como preámbulo a la pesadilla de Aldrete.

Pesadilla que comenzó su primer episodio con una nota y finalizó el mismo con otra, la primera fue dedicada a su madre:

“Mamá, salgo de viaje, yo te marcó del hotel a donde llegue. Te quiero mucho”, recuerda haber escrito Sara Aldrete.

Así, ella partió de Matamoros con destino a Acapulco, haciendo una escala en la Ciudad de México, en aquel entonces el Distrito Federal. La mujer narra que apenas bajó del avión, se encontró con Álvaro Dario de León Valdéz, alias Duby, chófer y guardaespaldas de Adolfo Constanzo, quien mediante engaños la llevó a ver a El Padrino.

Adolfo Constanzo practicaba lectura de cartas en la zona rosa de CdMx. | Foto tomada de serie La Narcosatánica de HBO

El engaño se disuelve


Álvaro recogió a Sara en el aeropuerto del Distrito Federal, le dijo que El Padrino había tenido un infarto y quería verla para hablar con ella, un “vamos” de parte de Aldrete, a quien las autoridades ya conocían como La Madrina para ese momento, cerró el trato y partieron.

Aldrete recuerda frente a la cámara de HBO, que al llegar al edificio en que iban a encontrarse con Constanzo, subieron al elevador y tuvo una sensación de que algo no iba bien; se abren las puertas del ascensor y de inmediato ve a El Padrino fumando un habano.

Tras el reclamo por el susto que la había hecho pasar con el tema del falso infarto, Constanzo, le dice que a Sara que “la cosa en Matamoros se está poniendo muy fea” y pide su ayuda para realizar un trabajo, Aldrete narra que para ese momento ella ya tenía una sensación rara y un sabor amargo en la boca, pero acepta ayudar.


Adolfo Constanzo le dice que para realizar el trabajo tienen que partir al departamento de uno de sus ahijados, salen del primer apartamento y superado el recorrido, llegan al destino, el cual estaba ubicado en un cuarto piso y, según cuenta Aldrete, era oscuro y lúgubre.

Al entrar nota la presencia de unas chamarras con logos de la PJF, Constanzo le pide que espere en la sala mientras él hace una llamada, con la promesa de que ella será la siguiente y así podrá contactar a su mamá.

Sara recuerda estar sentada esperando, cuando logró escuchar cómo en medio de la llamada, El Padrino comienza a exaltarse y reclamar, para después colgar de forma violenta y dejar la habitación en que estaba el teléfono, Aldrete aprovecha el momento para llamar a su madre; sin embargo, no contesta nadie en casa, decide intentar contactando a una vecina y corre con mejor suerte, pero la noticia que recibe tal vez la hace pensar lo contrario.

“Tus amigos están saliendo en la televisión, dicen que han matado mucha gente. Tu papá anda como loco buscándote, hija, a tu mamá le dio un infarto y está en el hospital”, dijo Beba, la vecina a quien Sara llamó.

Aldrete cuelga la llamada, sale del departamento para volver a Matamoros y poder ver a su madre, pero eso no estaba en los planes de Adolfo, quien sabía que la policía los estaba buscando por lo cadáveres encontrados en aquel rancho de matamoros, así que la intercepta, la toma del cabello y la sube nuevamente al cuarto piso.

Al llegar de nuevo a la sala, El Padrino enciende la televisión, sube el volumen al máximo y dice a Sara:

“Grita todo lo que quieras, llora todo lo que quieras, pero de aquí no te vas a ir”
Transmisión de noticias acerca de los Narcosatánicos. | Captura de 'La Narcosatánica' en HBO

Las noticias comienzan a aparecer en el televisor, es ahí cuando Sara se entera de todo lo que estaba ocurriendo alrededor de El Padrino y La Madrina, ambos eran buscados por las autoridades de México y Estados Unidos por su participación en los homicidios de las personas encontradas en el rancho de Elio; momentos después Aldrete siente un jalón en el brazo que la saca de aquella habitación.

Después de los jalones de brazo llegan a otra habitación y vienen tirones en el cabello: Adolfo le estaba cortando el cabelo en un intento de hacerla parecer otra persona. Entra a escena Omar, otro integrante del grupo de El Padrino, quien lleva consigo una bolsa en la que hay tintes de cabello, definitivamente La Madrina debía aparentar ser alguien más.

El viaje tras la metamorfosis


Sara sentada frente a la cámara que no la deja de observar, recuerda que ya con una nueva apariencia, fue también obligada a emprender un recorrido por algunos puntos del país, visitaba en compañía de El Padrino, Omar y Duby algunos hoteles en donde, se hacían reservaciones a nombre de distintas personas con la ayuda de los ahijados de Constanzo.

El viaje le permitió a Aldrete descubrir partes de la vida de El Padrino que eran desconocidas para ella: asesinatos, millones de pesos, traiciones y pánico, pues Adolfo decía que él no iba a llegar a la cárcel, estaba seguro de que lo iban a matar; ya no contaba con sus ahijados y creía que su única familia era quienes lo acompañaban en el auto que los llevaba de arriba a abajo en la persecución.

Con la esperanza de seguir ocultos, volvieron a la Ciudad de México, pues según ellos nadie los buscaría en ese lugar. Sara relata a HBO que ahí se encontraron con Karla, nombre clave que era atribuido a María del Rocío Cuevas, con quien aparentemente se quedaron hasta encontrar un departamento para esconderse.

El cual fue encontrado en la ahora alcaldía Cuauhtémoc, en la calle de Río Sena, llegaron al departamento, acomodaron sus pertenencias y después Sara fue amarrada por El Padrino, la mano y el pie izquierdos se convirtieron en prisioneros de vendas con las cuales Aldrete quedó vuelta cautiva por quien alguna vez fue su amigo.

Según lo cuenta Aldrete, para ese momento ella ya no tenía ganas de nada, sentía que se le habían ido las fuerzas, “ya no quería nada”, narra que intentaba hablar lo menos posible con Constanzo.

Después de un tiempo (Sara no menciona cuánto), El Padrino le dice que deberá buscar a un cirujano plástico. Aldrete no podía lucir como en las fotos que se exponían en los medios, debía transformarse aún más y ser un nuevo rostro en medio de la sociedad.

Álvaro llega ante Sara, la toma y la saca del departamento para que vaya a buscar al cirujano que debía transformarla. Ella recuerda que no pudo caminar demasiado antes de rendirse y caer, en el acto ve un teléfono público, se acerca intenta llamar, pero no logra pensar en nada, se siente confundida viendo autos y policías pasar, tras ello, Duby se acerca, le dice que cuelgue y regresan al inmueble.

Tras ello, entre discusiones, “torturas” e insultos, Aldrete lograba sobrevivir; hasta que un día 6 de mayo, El Padrino, la suelta para que pueda caminar un poco y le ordena barrer el lugar.

Ella encuentra un sobre, al que le arrancó un trozo de papel, toma una pluma y escribe una nota:

“Ayúdenme por favor, aquí están los que están buscando, tienen a una mujer de rehén. Ayúdenla por favor porque si no la van a matar”

La nota fue arrojada por la ventana hacía la calle, en donde se encontraban dos personas que lograron ver a Sara y a quienes mediante gestos les pidió ayuda; La Madrina aún no lo sabía, pero esa segunda nota en la que delataba a El Padrino, dio fin al primer capítulo del terror, pues tras ello la Policía irrumpiría en el lugar, dando como resultado su detención, la de Duby y Omar, pero también la muerte de Adolfo Constanzo, El Padrino y con ello el inicio de esa condena encarcelada que aún no concluye.

VRM

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.