La última llamada para los González Villarreal

El miércoles por la noche, tiempo de México, tendrán una audiencia de 10 minutos ante la Corte Federal en busca de probar que en su juicio hubo irregularidades y evitar la horca.

Dos mexicanos son escoltados por policías malasios a una de las audiencias en las que fueron hallados culpables.
Víctor Hugo Michel
Kuala Lumpur, Malasia /

No hay mañana porque el patíbulo espera. Después de haber sido sentenciados a morir por el delito de narcotráfico en 2012, los hermanos González Villarreal —Simón, Luis y José Regino— volverán una última vez este jueves por la mañana a las cortes en Malasia, a la que es su oportunidad final de evitar la horca por la vía legal. Irán a la Corte Federal, la máxima de esta nación, con la esperanza de recuperar la libertad y volver a México tras pasar siete años encarcelados en este país del sudeste asiático.

En un momento políticamente complejo, marcado por nuevas ejecuciones y un renovado auge de la pena de muerte en Asia, los tres sinaloenses quemarán la última carta judicial que les queda. Acudirán hacia las 10 de la noche del miércoles, tiempo de México, ante los 11 ministros de la Corte Federal, a quienes su defensa ha pedido ponderar que en su proceso existieron los suficientes “errores técnicos” como para liberarlos. De cara a la crucial audiencia, el papa Francisco ha hecho llegar Biblias, rosarios y cartas a los mexicanos, según confirmó la cancillería a MILENIO.

“Se hizo una gestión ante la nunciatura del Vaticano en Malasia para interceder ante el papa Francisco y ahí ha habido el intercambio de algunas misivas y objetos religiosos”, explicó Euclides del Moral, director general adjunto de Protección a Mexicanos en el Exterior de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

“La estrategia (de la defensa) —añadió— está basándose en demostrar que hubo una ruptura en la cadena de custodia de la evidencia y, por tanto, no se puede demostrar que ellos estaban produciendo la droga”.

Es una estrategia arriesgada ante lo que podría conllevar en caso de tener éxito pero, ante la precariedad de las opciones a la mano, es obligada. Y es que en caso de que los ministros no accedan a la liberación de los González Villarreal, se les pedirá reclasificar su delito de elaboración de narcóticos a posesión de droga.

De prosperar, la ley malasia contempla otro castigo: serían sancionados con 15 a 30 años de prisión o cadena perpetua y hasta 24 azotes con una vara de ratán en los glúteos, una pena que puede causar daños físicos irreversibles, como la pérdida de la movilidad y que ha sido calificada por distintas organizaciones internacionales como inhumana. Cruel podrá ser, pero también es un castigo que les permitiría seguir con vida.

La estrategia de la que depende el futuro los tres mexicanos se concentra en un incidente ya antiguo pero significativo, ocurrido la noche del 1 de agosto de 2008, cuando un comando irrumpió en una comisaría de Johor Bahru y robó varios paquetes de metanfetamina. Eran las evidencias que les vinculaban con la escena del crimen, un narcolaboratorio descubierto por la policía cerca de la frontera con Singapur. Ese antecedente, argumenta la defensa, es suficiente por sí mismo para confirmar que se violó el debido proceso, lo que abre la vía a desechar el caso.

Pero he aquí que ese argumento, esgrimido por su abogado defensor, Kitson Foong, ya fue desechado en dos ocasiones. Primero en la Corte Superior de Kuala Lumpur y después en la Corte de Apelaciones, que en 2013 ratificó la sentencia a muerte de los tres hermanos, primeros mexicanos en enfrentar un castigo así en Asia. Su caso también llega al punto final en un mal momento: luego de una moratoria extraoficial, Malasia reanudó en 2013 las ejecuciones de criminales. Dos prisioneros fueron colgados ese año. Otros 2 sufrieron la misma suerte en 2014 y dos más se salvaron de último minuto, cuando su ahorcamiento fue suspendido temporalmente.

EJECUCIONES, AL ALZA

Por toda la región, la pena de muerte ha tomado un segundo aire, luego de varios años de declive. Seis personas fueron ejecutadas el año pasado en Afganistán, tres en Japón, siete en Pakistán, dos en Singapur, cinco en Taiwán y tres en Vietnam, además de un centenar en China, de acuerdo a Amnistía Internacional. Su oficina en Kuala Lumpur logró contabilizar 38 nuevas sentencias de muerte en Malasia el año pasado, 16 de las cuales fueron por narcotráfico. No fue un fenómeno aislado: hubo personas condenadas a morir en India, Indonesia, las islas Maldivas, Corea del Sur y Tailandia, por mencionar solo algunos países.

En el caso de Malasia, a la fecha más de 900 personas esperan ejecución en sus cárceles. La pena de muerte volvió a ser tema de debate a nivel local hace unas semanas, luego de la ejecución de seis extranjeros en Indonesia, a los que se fusiló por tráfico de drogas. Entre ellos se encontraba un brasileño, primer latinoamericano en morir en esta región del mundo y cuya ejecución —se le disparó cinco veces en el corazón— propició una fuerte protesta por parte del gobierno de Dilma Roussef.

Es en ese entorno adverso en el que los tres sinaloenses vuelven a las cortes, lo cual no obsta para que la Secretaría de Relaciones Exteriores se haya declarado “optimista” de que un buen fallo puede llegar este jueves. Ante esa posibilidad, se ha ordenado a la embajada prepararse para una eventual e inmediata repatriación, vía Ámsterdam o Tokio.

“El escenario de que se les declare inocentes sería el más positivo para ellos. Y en ese caso, la embajada de México en Malasia, en coordinación con las autoridades de ese país, promoverá su repatriación a México”, dijo el embajador Del Moral.

—¿Y en caso contrario?

—En caso de que el fallo les sea negativo y que les sea confirmada la pena de muerte, ésta no será de aplicación inmediata. Vendrá un proceso administrativo, que es solicitar perdón al sultán de Johor.

LA CITA

Como hace un año y medio, los mexicanos están citados a las 9 de la mañana del jueves, tiempo local, en el Istana Kehakiman, el edificio que alberga la Corte Federal y la Corte de Apelaciones en el distrito de Putrajaya. Es justo el mismo lugar en donde fueron derrotados en 2013, cuando su apelación fue desechada de forma unánime por un panel de tres jueces.

Por la mañana, serán trasladados bajo custodia policiaca desde la prisión de Bentong, a la que fueron transferidos en 2014. Es un centro penitenciario de mediana seguridad ubicado a 30 kilómetros de la capital, en donde las condiciones son más benevolentes, de acuerdo con la SRE.

Para la etapa final del juicio, el gobierno mexicano envió a la esquina de los sinaloenses a uno de sus más grandes expertos en materia de pena de muerte. Se trata del embajador Carlos Félix, quien fue cónsul de México en San Francisco, la jurisdicción que concentra el mayor número de connacionales sentenciados a morir en el mundo, en la prisión de San Quintín. Desde hace un año y medio, comanda la embajada en Kuala Lumpur.

Fue precisamente a través de sus oficios que la embajada del Vaticano hizo llegar a los sinaloenses los rosarios y Biblias bendecidas por el papa Francisco.

Representantes de la familia de José Regino, Luis y Simón estarán presentes en la audiencia de este jueves, en la que el trámite será corto: no más de 10 minutos para definir si se vive o muere en Malasia.

LÍNEA DE TIEMPO

2008

Marzo 4. Detienen a seis mexicanos en una fábrica de metanfetaminas en la ciudad de Johor Bahru, cerca de la frontera con Singapur.

Agosto 1. Un comando irrumpe en la comisaría de Johor Bahru y roba varios kilogramos de metanfetaminas.

Agosto 14. Morne Ali Namat, un policía que custodiaba las evidencias antes del robo, aparece muerto en una plantación de palmas.

Septiembre 8. Una corte de Johor Bahru ordena, por falta de evidencias, la deportación de tres mexicanos. Los otros tres, José Regino, Luis y Simón González, permanecen encarcelados.

2012

Mayo 17. La Corte Superior de Kuala Lumpur encuentra culpables a los hermanos González Villarreal de narcotráfico. Los sentencia a morir en la horca.

2013

Agosto 14. Un juez desecha la apelación de los tres sinaloenses. Encuentra sus argumentos “sin méritos”.

2014

Julio 2. Jorge González, uno de los tres mexicanos deportados de Malasia en 2008, es detenido en Tijuana al intentar ingresar a EU con 25 libras de metanfetaminas.

AGOTADAS, VÍAS LEGALES: SRE

El gobierno de México agotó todas las vías legales en el caso de los hermanos Villarreal que fueron sentenciados en 2012 a la pena capital por los delitos de producción y tráfico de narcóticos, informó la Secretaria de Relaciones Exteriores (SRE).

Al confirmar que el próximo jueves se llevará a cabo en Malasia la última audiencia judicial del caso de los hermanos Luis Alfonso, Simón y José Regino González Villarreal, la cancillería puntualizó que desde la detención de los connacionales en marzo de 2008, la SRE y la embajada de México en Malasia les ha brindado protección y asistencia consular por medio de numerosas acciones. Entre otras, promovió múltiples visitas en los centros de detención y gestiones en favor de su salud y de mejores condiciones de reclusión.

Respecto a la asesoría legal, la cancillería contrató los servicios de un abogado consultor que apoya a la embajada de México en Malasia, así como los de un litigante especialista en asuntos penales con el fin de coadyuvar en la labor de defensa. En el ámbito político, señaló, se han realizado gestiones ante autoridades malasias, a las que se les ha expresado reiteradamente la posición de México contra la pena capital.

El gobierno de México reiteró su compromiso para continuar la protección consular a los hermanos González Villarreal.

(Carolina Rivera/México)

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