La familia de Leonardo Avendaño, diácono y estudiante de la Universidad Intercontinental hallado sin vida en junio de 2019, pedirá una sentencia de hasta 50 años contra el sacerdote Francisco Javier Bautista Ávalos, quien hoy fue declarado culpable por el homicidio del joven de 29 años cuyo cuerpo fue encontrado en Tlalpan.
Tras una audiencia celebrada hoy, un juez del Tribunal de Enjuiciamiento del Sistema Procesal Penal Acusatorio dictó fallo condenatorio en contra del ex rector de la parroquia de Cristo Salvador por homicidio calificado. En entrevista con MILENIO, Josué Avendaño, hermano de Leonardo, dijo que el 8 de abril se llevará a cabo la audiencia para determinar la sentencia del sacerdote, quien de acuerdo con su familiar, “está acusado por asesinato, traición, premeditación y tortura”.
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En tanto ante el escenario de la reparación del daño por parte de Francisco Javier Bautista Ávalos, Josué dijo que no aceptarán ésta. En la audiencia de hoy, la cual fue de manera presencial, se presentaron 54 órganos de prueba y será el próximo jueves cuando se dicte la sentencia.
“En la audiencia de hoy se dieron los puntos por los cuales se encontró responsable a Bautista Avalos como el homicida de mi hermano, él fue responsable del asesinato y también se presentó que hubo una traición y una premeditación de su parte, ya que mediante peritajes en las cámaras del C5 y en la información telefónica que brindó la compañía, los celulares tuvieron vinculaciones, es decir, que estuvieron juntos el día que mi hermano desgraciadamente falleció.
“Sentí una gran paz cuando escuché que le dictaron que era culpable y para mí no había ninguna duda que él era el responsable de la muerte de mi hermano y no me hubiera gustado que se hiciera una injusticia y que dejaran libre a alguien que había privado de la vida a alguien de esa manera. La audiencia de hoy fue satisfactoria, y sobre todo, porque pude cumplir mi compromiso que hice cuando fui a reconocer a mi hermano en Tlalpan (…) pediré la pena máxima, que son 50 años y es la que vamos a apelar”, contó.
El 18 de junio, Francisco Javier Bautista Ávalos fue detenido y ligado al caso luego de que, horas antes del homicidio de Leonardo Avendaño, fue captado por las cámaras de videovigilancia con él, por lo que el 24 de junio fue vinculado a proceso e internado en el reclusorio Oriente.
Se estableció que Leonardo Avendaño estuvo en la iglesia y el teléfono de Francisco Javier Bautista Avalos arrojó como ubicación éste mismo lugar, pero después se supo que se dirigió hacia el destino donde se halló la camioneta del estudiante.
“El sacerdote tuvo tiempo para torturarlo”
Josué reconoció sentirse decepcionado del sacerdote, de quien dijo “era una persona muy cercana” a ellos e incluso visitó varias veces el domicilio donde vivía Leonardo Avendaño, quien “lo quería, respetaba y admiraba mucho, pero desgraciadamente alguien tan cercano fue quien le quitó la vida”.
“Sí es una gran decepción de alguien que se dedicaba a decir la palabra de Dios pues resultó ser un asesino, alguien que lo premeditó y tuvo todavía el tiempo para torturarlo y quitarle la vida porque no fue asesinarlo de un balazo sino con sus propias manos le quitó la vida a mi hermano”.
Josué cuenta que la audiencia el sacerdote no lo volteó a ver y cuando se le dictó que era culpable “no hizo absolutamente nada, no tuvo ninguna reacción y después de un momento sólo se hizo para atrás y cruzó las manos”.
“Desde el primer día busqué que se le hiciera justicia a mi hermano y que la persona que le había quitado la vida pagara, no quería que fuera un chivo expiatorio ni mucho menos que un inocente pagara por algo que no hizo. Esa promesa se la hice a mi hermano cuando tuve que ir a reconocer su cuerpo y me iba a encargar de que la persona que lo había privado de la vida iba a ser juzgada”.
AESC