El grupo criminal de Los Ardillos comenzó a cobrar notoriedad tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y de la versión de que intentaron levantar a cuatro jóvenes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” en 2015, por presuntamente estar ligados a Los Rojos.
La entonces Procuraduría General de la República (PGR) también documentó que, en 2016, dicha organización estuvo detrás del asesinato de tres agentes de la Policía Federal que comían en el mercado central de Chilapa, Guerrero, el 24 de junio de dicho año.
MILENIO dio a conocer en su momento una grabación recabada por las áreas de inteligencia del gobierno federal, en la que presuntamente se escucha a Arístides Loreto Macario, El Marino, jefe de Los Ardillos en Chilapa, dar la orden de matar a los elementos.
En la conversación, que mantiene El Marino con uno de los matones, el subordinado le dice a su líder que “sí va hacer esa madre”, es decir, matar a los policías, pero después regresara a “dormir”
La Policía Federal logró capturar a El Marino, así como a Juan Hernández Núñez, El Pelón o Amarillo, y a Alán Noé Maciel, El Largo o Flaco, estos últimos que se cree fueron los autores materiales del crimen; su captura se realizó en la comunidad de Acatlán.
En esa época Los Ardillos tenían presencia en ocho municipios guerrerenses principalmente en la región de la montaña. Se dedican a la siembra y trasiego de drogas, así como al secuestro, extorsión y control de actividades como el transporte público de los municipios donde operan.
¿Cómo surgieron Los Ardillos?
Celso Ortega Rosas, El Ardilla, fue el fundador de este grupo; en 2008, la Policía Federal lo detuvo, pero salió de prisión en 2010; sin embargo, el 26 de enero de 2011, fue asesinado a tiros.
Después de su muerte, los hermanos Celso y Antonio Ortega Jiménez, hijos de El Ardilla, asumieron el liderazgo de la organización.
Bernardo Ortega Jiménez, hermano de los líderes de Los Ardillos, fue diputado local en Guerrero y líder de la bancada perredista en el Congreso Local. También, fue presidente municipal de Quechultenango por ese mismo partido entre 2002 y 2005.
En 2014, Los Ardillos y Los Rojos se disputaron la plaza de Chilapa, ubicada a 50 kilómetros de Chilpancingo, lo que desató una ola de violencia caracterizada por enfrentamientos, secuestros y desapariciones.
Además, la PGR atrajo la investigación por el homicidio de once personas encontradas decapitadas en Chilapa y que junto a sus cuerpos fue localizado un mensaje dirigido Los Ardillos.