Madres buscadoras roban clics y cámara a cárteles de las drogas

A pesar de que los jóvenes muestran desinterés por conocer los temas de violencia, el reporte semanal de MilenIA revela que los desaparecidos se han posicionado como un asunto central de las discusiones sobre la inseguridad en México.

Las madres buscadoras han robado reflector al buscar a sus familiares | Diseño por Óscar Ávila
Salvador Frausto
Ciudad de México /

Cuando Ceci Flores alzó la voz para pedirle piedad a los cárteles de las drogas, y solicitó una tregua para que ayudaran a localizar a los miles de familiares desaparecidos en todo el país, las redes sociales estallaron en posteos, reacciones y comentarios. Aquel video de septiembre de 2023 marcó un cambio en las conversaciones sobre la violencia que padece México: se abandonó por unos días el interés por conocer las andanzas de los narcos y se abrió espacio a la preocupación de los usuarios por las actividades de las madres buscadoras.

Además de haber conseguido que los capos proporcionaran cierta información para localizar a algunas víctimas, la activista sonorense se colocó como un ícono nacional de una de las luchas sociales más dolorosas y abrazadas por los mexicanos. La llama prendió en X (antes Twitter) y Facebook, principalmente, y para noviembre del año pasado aceleró los motores de búsqueda de Google, desplazando la curiosidad ciudadana por conocer las noticias sobre El Mencho, El Mayo, Los Chapitos y cualquier otro líder criminal que conseguía la atención de los medios de comunicación.

La entrega semanal de MilenIA, Central de Datos e Inteligencia Artificial, revela que aunque el tema “cárteles de las drogas” sigue liderando la atención ciudadana, al acaparar 29 millones de interacciones, los asuntos “madres buscadoras” y “desaparecidos” suman 28.9 reacciones en redes sociales en los últimos 90 días. En el pasado reciente estos últimos dos tópicos no aparecían en el top ten de las conversaciones socio digitales sobre la violencia en México.

La valentía de Ceci Flores logró “humanizar” las referencias sobre la inseguridad pública y, además, aplacó la fascinación que muestran algunos mexicanos sobre los cárteles de las drogas, las cifras de homicidios y feminicidios: el foco se concentró en la labor de las familias que buscan a sus hijas, hijos, hermanas, hermanos, esposas, esposos, sobrinas, sobrinos, tías, tíos…

Juan Carlos Bautista | Milenio

A solicitud de este diario, la compañía experta en Inteligencia Artificial, Dinamic, analizó 2.2 millones de conversaciones en redes sociales para conocer los sentimientos y reacciones que provocan los temas de violencia. Los resultados de la empresa de antropología digital arrojaron que las personas también están interesadas en los abusos de autoridad, los feminicidios, los homicidios, las masacres y el acoso sexual, y en menor medida sobre los robos, asaltos, ministerios públicos y las narcomantas.

El giro en los debates ciudadanos muestra una mayor sensibilidad ciudadana sobre el problema que más preocupa a los ciudadanos; según las encuestas, siete de cada 10 mexicanos consideran que la inseguridad será el gran asunto que marcará las campañas electorales de cara a los comicios del 2 de junio de 2024.

Fascinación por los cárteles

Aun así, el principal tema que interesa a los internautas son los cárteles de las drogas. En ciertas regiones del país, sobre todo en el norte, hay franjas de ciudadanos que celebran, admiran o incluso consideran que los capos de las drogas hacen más por el país que el propio gobierno. No son la mayoría, pero ahí están y comentan, opinan, discuten e incluso siguen el ejemplo de los ídolos del hampa.

Mientras que el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) genera 5 millones de interacciones, el Cártel de Sinaloa y Los Chapitos –que forman parte de la misma rama criminal– absorben 3.4 millones de las reacciones. Las mafias de Michoacán, Tijuana, Arellano Félix, Golfo, Santa Rosa de Lima y Zetas también vibran en redes sociales, aunque en menor medida.

Un análisis de Google Trends, que incluye las búsquedas en internet de los últimos 12 meses, muestra que los cárteles suscitan mayor interés en sus regiones de origen y zonas de influencia. Así, el CJNG incita clics en Jalisco, Michoacán, Nayarit y Colima, al tiempo que el Cártel de Sinaloa y Los Chapitos están en el radar de los compatriotas de Sinaloa, Sonora, Baja California y Chiapas.

El Cártel del Golfo está en el interés de Tamaulipas, Nuevo León, Veracruz y Estado de México; Los Zetas en Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Durango; La Familia Michoacana pasa por los ojos de la gente en Guerrero, Michoacán, Estado de México y Morelos.

Los temas de inseguridad no escapan de la mirada de los aspirantes presidenciales. Mientras en el equipo de la morenista Claudia Sheinbaum consideran que el ex secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, es una carta fuerte y presumible durante las campañas, en el entorno de la alianza PAN, PRI, PRD, que postula a Xóchitl Gálvez, acaban de fichar a Manuel Mondragón y Kalb, ex Comisionado de Seguridad Nacional en el sexenio de Enrique Peña Nieto y ex secretario de Seguridad Pública en la Ciudad de México, en tiempos de Marcelo Ebrard. El veterano servidor público apoyará a la coalición Fuerza y Corazón por México en la capital del país, será pilar de Santiago Taboada en esa materia.

Madres buscadoras en Tampico. (Yazmín Sánchez)

Desde Chiapas, el aspirante presidencial de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, señaló que la inseguridad debe ser un tema central para el futuro de México, sobre todo porque tanto Morena como el PAN y el PRI han fracasado en brindarle paz a los ciudadanos: 

“Vamos a entrarle en serio al problema de la seguridad, al problema de la migración y hacerlo desde una perspectiva de Derechos Humanos, pero también de orden, volver a recuperar la soberanía y el control del territorio”, dijo.

La gente de Sheinbaum sabe que sus alfiles en materia de seguridad no están mal vistos, lo cual complica la narrativa de la oposición. Mientras que Omar García Harfuch es aprobado por el 45 por ciento de los usuarios de redes y Rosa Icela Rodríguez, secretaria del ramo a nivel federal es avalada por el 38 por ciento de los internautas, las instituciones más confiables son la Marina (54 por ciento), la Guardia Nacional (41 por ciento) y el Ejército (30 por ciento), revela el reporte de Dinamic.

Considerando que las interacciones en redes sociales suelen ser críticas, el análisis de 2.2 millones de expresiones digitales también revela la otra cara de la moneda: 66 por ciento de los internautas hacen valoraciones negativas de las policías, en tanto que la Guardia Nacional y el Ejército provocan 49 y 46 por ciento de animadversiones, respectivamente. La Marina sólo es fustigada por el 7 por ciento de la población. Rosa Icela y Omar tienen 46 y 38 por ciento de posiciones desfavorables.

El resto de las opiniones plasmadas en el espacio sociodigital son neutras.

Cuartoscuro

Jóvenes, desinterés por la inseguridad

A pesar de que los medios de comunicación ocupan grandes espacios para retratar los temas de violencia, los menores de 35 años no manifiestan interés por conocer los detalles sobre la inseguridad en el país. Sólo el 6 por ciento de los usuarios de entre 18 y 25 años conviven con esta información, al tiempo que únicamente el 12 por ciento del rango de 26-35 años pone atención a estos asuntos.

Los reportes de inteligencia artificial revelan que la agenda sobre la violencia es un asunto que despierta reacciones entre los cuarentones y cincuentones: el 65 por ciento de quienes comentan estos contenidos tiene más de 35 años.

Y la red más politizada es por mucho X, antes Twitter, donde ocurren casi la mitad de estos debates. Le siguen Facebook (33 por ciento), Instagram (10 por ciento), Tik Tok (7 por ciento) y YouTube (2 por ciento).

Así, uno de los hallazgos más importantes de este ejercicio es que aunque los jóvenes muestran desinterés por estos tópicos, las madres buscadoras y los desaparecidos han logrado robar cámara en la discusión sobre los problemas de seguridad pública, añadiendo un tinte de sensibilidad compasiva en medio de la fascinación por conocer las andanzas de los líderes de los cárteles.

Ariana Pérez | Milenio

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