Así fue la Masacre de San Fernando, en la que 'Los Zetas' mataron a 72 migrantes

Los Zetas secuestraron y atacaron a los pasajeros de dos camiones llenos de migrantes, de los cuáles dos lograron sobrevivir. Aquí sus testimonios.

Más de 70 personas fueron acribilladas en la masacre de San Fernando.
México /

Uno de los episodios más violentos en la historia de México son los homicidios que a lo largo de los años se han reportado en algunos estados; entre ellos destaca la denominada Masacre de San Fernando, Tamaulipas, ocurrida en agosto de 2010.

Cabe mencionar que, este multihomicidio estuvo protagonizado por uno de los grupos criminales más peligrosos de México: Los Zetas. Aquí te decimos qué pasó en uno de los días más tristes para los derechos humanos de los migrantes y quiénes fueron los responsables.

¿Qué es la Masacre de San Fernando?

Corría el año 2010 y Estados Unidos era el principal país receptor de migrantes; según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en esa década más de 19 millones de personas buscaron el sueño americano, de las cuales algunas tuvieron que pasar por el territorio mexicano para poder cruzar la frontera.

Sin embargo, no todos tuvieron la fortuna de llegar a su destino; fue el caso de un grupo de migrantes que viajaban repartidos en dos autobuses desde Veracruz, con el objetivo de hacer una parada en algún municipio de Tamaulipas, antes de llegar a Estados Unidos.

Autoridades federales revelaron que, el sábado 21 de agosto del 2010, los camiones con migrantes —principalmente de Centro y Suramérica— salieron del estado de Veracruz, pero poco antes de arribar al municipio de San Fernando, en Tamaulipas, fueron interceptados por Los Zetas, un grupo delictivo ligado al crimen organizado que los secuestró antes de acabar con sus vidas.

Las víctimas de la masacre viajaban en dos camiones desde Veracruz (Diseño: Rafael Mejía).

Según las investigaciones del Ministerio Público, los criminales obligaron a los migrantes a dar información personal sobre sus familiares que ya se encontraban en Estados Unidos, además les pidieron dinero a cambio de dejarlos en libertad.

Pero lo que en realidad buscaban Los Zetas  era reclutarlos para que se unieran a su célula criminal, ya que tenían problemas con otra facción; sin embargo, ante la negativa de los migrantes fueron acribillados en un rancho ubicado en el ejido de El Huizachal, Tamaulipas.

Dando como resultado un saldo de 72 personas asesinadas ―58 hombres y 14 mujeres― entre la noche del domingo 22 y la madrugada del lunes 23 de agosto del 2010, es decir casi dos días después de haber sido secuestrados.

Ante esto, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) calificó la masacre como un “nefasto suceso”; y es uno de los crímenes que hasta la fecha el Estado mexicano no ha podido resolver del todo.

Por su parte, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) aseguró que el grupo estaba conformado por 77 personas, por lo que si durante la masacre fueron asesinados 72 y dos más sobrevivieron a los ataques de los sicarios, hasta la fecha hay tres personas que se encuentran desaparecidas.

La masacre ocurrió en un racho ubicado en el ejido de El Huizachal, en San Fernando.

Sobrevivientes de la Masacre de San Fernando

Luego de que los migrantes se negaran a unirse a Los Zetas, los criminales los colocaron de espaldas y los asesinaron uno por uno. Posteriormente, los cadáveres fueron apilados y puestos a la intemperie.

Según noticias de la época, en octubre de 2010, las autoridades mexicanas identificaron a 50 de las víctimas; entre ellas: 21 de Honduras, 14 de El Salvador, 10 de Guatemala, cuatro de Brasil, y uno de Ecuador.

Sin embargo, entre la sangre, los casquillos de bala y la delincuencia que marcó la Masacre de San Fernando, dos de los migrantes lograron sobrevivir al ataque de Los Zetas.

Los inmigrantes fueron fusilados por la espalda (Diseño: Rafael Mejía).

Entre ellos destaca un hombre originario de Ecuador, identificado como Luis Freddy Lala Pomavilla, quien fingió estar muerto tras recibir una herida de bala en la mandíbula.

Lala Pomavilla aseguró que en los camiones viajaban 76 migrantes, uno menos de los que señaló la Procuraduría General de Justicia en aquel entonces.

El sobreviviente explicó que, el 22 de agosto del 2010, los migrantes fueron secuestrados en una casa y posteriormente trasladados al rancho en El Huizachal, donde fueron asesinados sus compañeros de viaje.

“Fueron amarrados de cuatro en cuatro, con las manos para atrás y luego botados boca abajo (...) Escuché ruido de disparos, y posteriormente entró otro sujeto que continuó la balacera matándolos a todos (…) Terminando la masacre, esperé dos minutos y corrí en búsqueda de ayuda”, explicó el sobreviviente ecuatoriano, quien pidió ayuda a elementos de la Secretaría Armada de México (Semar) luego de escapar del lugar de los hechos.

El otro de los sobrevivientes es un hombre de origen hodureño, cuya identidad no ha sido revelada hasta la fecha.

El hondureño aseguró que mientras Los Zetas amarraron a los migrantes, él logró escapar hacia unos matorrales, pero que una vez que terminó la balacera regresó al lugar de los hechos y encontró con vida a Luis Freddy Lala Pomavilla, quien estaba herido.

Al respecto, Alden Rivera, vicecanciller de Honduras, dijo que: "El hondureño auxilió al ecuatoriano, lo desató y lo sacó de allí. Luego de caminar varias horas, al escuchar un tiroteo se separaron y él en su ruta llegó a un Centro de Atención al Migrante, que le brindó protección, y ellos se pusieron en contacto con la Cancillería".

Cabe mencionar que, un mes después de los hechos, el sobreviviente hodureño identificó a tres hombres, que perdieron la vida tras un tiroteo, como autores materiales de La Masacre de los 72.

Por otro lado, en septiembre de 2010, Mauricio Funes, quien era el presidente de El Salvador, reveló que, además del ecuatoriano y del hondureño había un tercer sobreviviente, originario de su país, que ya se encontraba en Estados Unidos.

Sin embargo, las autoridades mexicanas nunca reconocieron que este individuo hubiera estado al momento de la masacre.

El municipio de San Fernando está ubicado en el estado de Tamaulipas (Diseño: Rafael Mejía).

Investigación sobre la Masacre de San Fernando

A diferencia de todos los casos de ARCHIVO CRIMINAL, en la Masacre de San Fernando no sólo hubo un responsable de los actos ilícitos ocurridos entre la noche del domingo 22 y la madrugada del lunes 23 de agosto del 2010, sino varios implicados que a lo largo de los años han sido capturados.

En septiembre de 2010, el entonces secretario del Consejo de Seguridad de México, Alejandró Poiré, informó sobre la detención de siete presuntos implicados en la masacre.

Días después, el entonces presidente de México, Felipe Calderón, dijo que habían detenido a ocho personas más, y que otros seis presuntos sospechosos habían muerto en un enfrentamiento con las autoridades mexicanas.

Cabe mencionar que, los imputados fueron acusados por delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad, portación de armas de fuego de uso exclusivo de las fuerzas armadas, corrupción de menores, homicidio calificado de 72 personas y tentativa de homicidio de Luis Freddy Lala Pomavilla, el sobreviviente ecuatoriano.

Un año después, en abril del 2011 —a casi un año de la masacre de San Fernando— el gobierno de México informó que elementos de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), detuvieron a varios integrantes de Los Zetas tras un operativo realizado en el mismo municipio donde ocurrió el multihomicidio.

Entre los detenidos destacaba Martín Omar Estada, El Kilo, quien recientemente fue sentenciado a 50 años de prisión y quien era considerado el líder regional de Los Zetas en el municipio de San Fernando y autor intelectual de la masacre. Además de:

  • Armando Rivera, El Payaso, escolta personal del líder regional de Los Zetas.
  • Mayra Esther Ramos Cortés: encargada de la renta de inmuebles para el establecimiento de casas de seguridad para Los Zetas.
  • Sergio Armando Alvarado, Comandante Checo: jefe de una célula de sicarios con presencia en Ciudad Victoria.
  • Felipe Morales Santiago y Óscar Osiel Juárez Zamarripa: integrantes de la célula de sicarios del Comandante Checo.
  • Ana Janete Reyes Martínez: hermana de El Pollo e integrante de la vigilancia de las autoridades federales en San Fernando.
  • Adriana Chávez Salazar y Elena Enríquez Escandón: encargadas de vigilar a autoridades estatales en San Fernando.
  • Luis Arturo Reyes Martínez, El Pollo, responsable de las comunicaciones del grupo criminal y de vigilar a autoridades federales en San Fernando.
Además, “a mediados de 2022, la Fiscalía General de la República (FGR) informó que obtuvo una sentencia condenatoria en contra de 18 personas relacionadas con el secuestro de migrantes en el municipio de San Fernando, en el norteño estado de Tamaulipas”, se lee en un informe de la CNDH.
A el Kilo se le acusa de ser el autor intelectual de la masacre(Diseño: Rafael Mejía).

Por otra parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos acordó hacer público el expediente —con número de registro 80/2013— sobre la masacre.

En el informe se le exigía la entonces Procuraduría General de la República que:

  • Se instruya a quien corresponda, a efectos de que se tomen las medidas necesarias para que los agentes de esa institución observen a cabalidad los derechos de las víctimas y ofendidos del delito.
  • Se practiquen todas las diligencias que sean legal y materialmente necesarias para llegar a la verdad histórica de los hechos.

Además, se hacía mención de los derechos que se violaron durante y después de la Masacre de San Fernando, entre los que destacaban:

  • Legalidad
  • Seguridad jurídica
  • Acceso a la procuración de justicia
  • Acceso a la verdad
  • Trato digno y honor
  • Privacidad y protección de datos de identidad

Cabe mencionar que, la Masacre de San Fernando de 2010, no es la única reportada en el municipio, pero esa será otra historia de ARCHIVO CRIMINAL.

RM

  • Rafael Mejía Fernández de Lara
  • Hoy editor de noticias, algún día presentador de TV. La vida me puso en la sección de policía, pero yo decidí entre ser el periodista bueno o malo. Fan de los deportes

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