Mayor Fernando Pastrana: “Estamos listos para lo que se nos ordene”

Crónica

Actualmente cuentan con 12 brigadas dispersas estratégicamente en ocho entidades.

Explanada del campo militar 37-C donde se da adiestramiento al nuevo cuerpo de seguridad. (Foto: Javier Ríos)
Vanessa Job
Ciudad de México /

La Policía Militar está consciente del encargo que tiene, de las responsabilidades que le han sido asignadas. La Policía Militar se prepara todos los días de manera moral y profesional para enfrentar los retos que México le imponga…”

Son tiempos de la Guardia Nacional y es el mayor Fernando Pastrana quien habla así. MILENIO hizo un recorrido por el alma mater de esta institución para conocer el adiestramiento que se le dan a los 45 mil elementos de esta corporación, que ahora, en forma de Guardia, estará bajo el escrutinio de todos, tanto los criminales, como las organizaciones defensoras de derechos humanos.

Estamos listos para lo que se nos ordene”, sentencia el mayor Pastrana, quien porta orgulloso la bandera nacional bordada en su uniforme. Que porten la bandera en su ropa es una disposición que llegó con esta nueva administración. La Guardia iniciará con 35 mil elementos de policías Naval, Militar y Federal, pero la expectativa es que alcance 50 mil efectivos en los primeros tres años.

“No es la primera vez que se pretende hacer esto. La Policía Militar en otras ocasiones ha prestado apoyo a las instituciones de carácter público”, puntualiza.

Creada en 1948 con la misión de garantizar el orden y la seguridad al interior de las fuerzas armadas. Fue en la administración del presidente Enrique Peña Nieto que la Policía Militar creció exponencialmente: de tres brigadas que tenía en Ciudad de México, actualmente cuenta con 12 dispersas estratégicamente en cinco en diferentes zonas del Estado de México, CdMx, y en Sinaloa, Nuevo León, Coahuila, Puebla, Guanajuato y Quintana Roo.

“En 2014 se reestructura el cuerpo de Policía Militar y se da un impulso a este servicio buscando principalmente coadyuvar con las autoridades civiles en la estructura de seguridad pública. Hemos mejorado mucho, no somos las mismas tropas de hace 12 años, ni en número ni en preparación”, asegura.

Ninguna agrupación dentro del Ejército ha crecido tanto como la Policía Militar, que pasó de 2 mil 800 elementos en 2013, a 45 mil efectivos.

Entrenamiento para resguardo ciudadano

Actualmente el adiestramiento, dice el mayor Pastrana, está básicamente enfocado a la seguridad nacional, a la seguridad interior, al plan DN III, a operaciones de paz, pero muy especialmente a derechos humanos y al empleo legal del uso de la fuerza.

De las 163 recomendaciones emitidas por la CNDH contra el Ejército, de 1990 a la fecha, solo cuatro corresponden a labores de seguridad efectuadas por la Policía Militar. Las violaciones documentadas son pocas, pero involucra asuntos graves como tortura, detención arbitraria, retención ilegal, incomunicación y uso arbitrario de la fuerza a fin de obtener declaraciones incriminatorias.

Explanada del campo militar 37-C donde se da adiestramiento al nuevo cuerpo de seguridad. (Foto: Javier Ríos)


Lucero Acosta está en una de las explanadas del Campo militar 37-C, San Miguel de los Jagüeyes, en Estado de México. Su piel soporta el severo sol mientras practica con sus compañeros el manejo del bastón PR24, que es el arma no letal característica de la Policía Militar. 

La P viene de prevenir, la R de restringir, y el número se deriva de su tamaño: está hecha de policarbonato que mide 24 pulgadas de largo y tiene como objetivo principal el evitar ser golpeado y realizar técnicas de inmovilización del adversario.

La soldado Acosta tiene 21 años. Es originaria de Veracruz y desde hace 2 años 6 meses se incorporó como Policía Militar, donde percibe un sueldo mensual de 13 mil pesos. Ella es una de las 4 mil mujeres que forman parte de la Policía Militar. Junto con su esposo y su pequeño hijo viven en una de las Unidades Habitacionales Familiares con las que cuentan los campos militares.

En las instalaciones, la Policía Militar tiene la representación de una ciudad a escala: con su gasolinera, instalaciones estratégicas de la Comisión Federal de Electricidad, un barrio con tiendas, casas y calles. Ahí los policías realizan ejercicios, simulacros, para saber cómo controlar disturbios o someter actos delictivos.

También cuentan con su propio centro de adiestramiento canino, donde se entrena a los perros para rescate, labores de seguridad, localización de armas, explosivos y drogas.​

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