Para la doctora Diana Patricia Granados García, médico residente del Hospital General de Pachuca, todo ha cambiado. No logra entender lo que sucede y mucho menos comprender que este domingo es parte de una marcha silenciosa para exigir justicia por la muerte de su vecina, compañera de trabajo y amiga.
El cielo de Pachuca se nubló, también los ojos de Diana Patricia, quien desde que se enteró por Facebook del accidente que había sufrido su amiga, la doctora Beatriz Hernández Ruiz, y horas después de su fallecimiento, no ha dejado de llorar.
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"Ha sido difícil, es difícil sobre todo cuando haces el recuento y te enteras del accidente de tu mejor amiga por Facebook, después tratamos de localizar a su familia y estás al pendiente de lo que tu amiga necesita; a las horas te dicen que ya falleció.
"Bety y yo éramos oriundas de la misma comunidad, prácticamente vecinas, y nos reencontramos hace poco más de un año cuando entramos al Hospital Covid de Respuesta Inmediata y, a finales del año pasado, fuimos a presentar el Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas, ella para cirugía general y yo para el servicio de urgencias; tuvimos la fortuna de aprobar el examen y ambas decidimos realizar la especialidad en el Hospital de Pachuca", explica mientras sigue caminando junto a más de cien médicos residentes que conocieron a Betty, como cariñosamente le llamaban.
Beatriz Hernández Ruiz, de 29 años, murió inexplicablemente en la galera de la presidencia municipal de Progreso de Obregón, donde había sido remitida tras un accidente vial, sin que la corporación justificara a su familia el motivo de su traslado.
Fue por ella, que la mañana de este domingo médicos y médicas del hospital decidieron marchar, salir luciendo un listón negro.
Eran poco más de las 10:00 de la mañana y se alistaron para tener la lona lista con el nombre de su compañera que sería el estandarte para iniciar la marcha que fue encabezada por una ambulancia del servicio médico del estado, así como por patrullas de la policía municipal.
Este domingo nublado poca gente salió a las calles, así que el contingente avanzó por Madero hasta desviarse por la avenida Ramírez Ulloa para avanzar y detenerse frente a la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), donde la ambulancia hizo sonar su sirena para después guardar un minuto de silencio, con ello vinieron los aplausos, aquellos que provocaron que muchos de las y los participantes comenzaran a llorar, igual que el cielo.
La marcha siguió y cruzó por Río de las Avenidas, donde volvió a sonar la sirena de la ambulancia, hubo un minuto de silencio y de aplausos; los vecinos daban muestra de apoyo a las y los médicos gritando "¡Que se haga justicia y que Dios los bendiga por todo lo que han por nosotros!", y así las y los médicos agradecían con un gesto.
Llegaron al monumento a la Revolución para seguir de pie, caminando, llorando y recordando momentos con Betty o las contrariedades que se han dado sobre su muerte, la desinformación y los datos inexactos del municipio de Progreso de Obregón.
"Queremos que se esclarezca su muerte, y que paguen los que deban", decían unos, otros más la recordaron como "una gran mujer que siempre estuvo al pendiente de sus pacientes", "una gran profesional", "mujer con sueños", y así la lista que conmovía aún más el momento, hasta que llegaron a Plaza Juárez, junto al monumento, ahí, se apostaron para recordarla, para agradecer a todos su presencia, participación y cariño por Bety.