Juana Barraza, mejor conocida como La mataviejitas, fue una mujer que asesinó a varias adultas mayores en la Ciudad de México, entre finales de los 90 y principios de los 2000.
Durante la primera mitad de la década de los 2000, diversos medios informaban a su público con noticias del caso, pues el país se enfrentaba a su primer asesino serial.
Este caso fue revivido por Netflix, que con un documental estrenado este jueves cuenta la historia de Juana Barraza.
El metraje, que lleva por nombre La dama del silencio: El caso de La Mataviejitas, nos relata en una hora y 51 minutos cómo fue el comienzo de su búsqueda, cómo se inició a armar el rompecabezas y cómo terminó su historia, pero también nos cuenta el modus operandi de esa mujer.
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Según el documental, una vez que se registraron varios homicidios cometidos contra mujeres de la tercera edad, se recopilaron algunos testimonios y se estableció que había un posible asesino serial.
Robusta, con cabello corto y gran fuerza eran las pistas iniciales con las que las autoridades de la ciudad contaban para encontrar a la persona que cometía los asesinatos.
Sin embargo, con estos indicios, la Fiscalía General de Justicia del Distrito Federal comenzó la búsqueda de La Mataviejitas y tomando las pistas con las que se contaba, poco a poco fueron descubriendo cuál era su modus operandi.
¿Cuál era el modus operandi de "La Mataviejitas"?
De acuerdo con el documental de Netflix, Juana Barraza, mejor conocida como La Mataviejitas, se acercaba a mujeres de la tercera edad para estudiarlas con el propósito de descubrir si vivían solas, lo cual era muy importante para garantizar el éxito de su plan.
Una vez averiguado lo anterior, el segundo paso era ganar su confianza para que las mujeres la dejaran entrar a su domicilio y ahí poder perpetrar el crimen.
Con investigaciones y testimonios se continúo indagando sobre el caso y se descubrió que Juana Barraza fingía ser una enfermera que supuestamente podía ayudar a las abuelitas a conseguir una tarjeta de apoyo económico para adultos mayores.
“Una de sus estratagemas era hacerse pasar por una persona que estaba apoyando desde el programa de política pública a las personas de la tercera edad”, se escucha en un fragmento del documental.
“Yo trabajo para el gobierno del Distrito Federal, apoyo a los adultos mayores. ¿Qué necesita?.. Permítame ayudarla, le vamos a dar una tarjeta especial porque veo que vive sola", recordó Renato Sales, subprocurador entre el 2000 y 2006, en alusión al diálogo que la asesina usaba.
La invitaban a pasar, se sentaban a tomar el té, ahí era la fase de seducción y una vez que se daba cuenta que su víctima sí iba a ser su víctima pasaba a la fase de ejecución” declaró Renato Sales.
Además se supo que la ejecución era cometida de forma similar en todos los casos: Juana Barraza asfixiaba a las mujeres usando una pañoleta o alguna pertenencia de la víctima, la cual podía ser desde un cordón de cortinero, el cinturón de una bata de dormir o hasta un cable de grabadora.
Las investigaciones respecto al crimen continuaron y se descubrió que los asesinatos ocurrían en hogares cercanos a parques o jardines.
“Nos dimos cuenta que mataba siempre frente a parques, entonces hicimos la coincidencia con la fase de selección y obtuvimos el modus operandi, se aproxima ganándose o intentando ganarse la confianza de su víctima, muy probablemente en un parque o jardín, porque en el 99 por ciento de los casos los hechos acontecen a lado de uno de estos lugares”, contó Renato Sales.
Poco después fue Gabriel Regino, subsecretario de Seguridad Pública entre 2003 y 2006, quien descifró esa parte del acertijo cuando Renato Sales lo invitó a ver un mapa que habían hecho para marcar los puntos en que los asesinatos se habían perpetrado.
Regino se dio cuenta de que los parques estaban aproximadamente a seis calles de distancia de los domicilios en que se cometían los crímenes.
“Le pregunté (A Renato Sales) ‘¿tienes un mapa en donde venga el sentido de las calles?’ y trajeron un Guía roji, y le dije ‘observa, las calles en donde los hechos ocurren están conectadas a vialidades principales que te permiten rutas de escape rápido siempre y cuando lo hagas en sentido contrario’”, contó en entrevista para Netflix Gabriel Regino.
Es decir, si la calle en donde La Mataviejitas planeaba asesinar tenía salida hacía la derecha a la vía principal, el crimen debía ser cometido en sentido a la izquierda, esto dejaba que la huida se hiciera en la dirección correspondiente de la calle, dejando que la victimaria lograra escapar.
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Tras este hallazgo se implementó un operativo de patrullaje y no transcurrió mucho tiempo hasta la captura de La Mataviejitas, que se logró el 25 de enero de 2006.
Con un cordón, un cable de teléfono o unas medias rodeaba el cuello de las mujeres, así cortaba la respiración de quienes caían en su engaño, luego hacía algunos nudos corredizos que, con ayuda de un codo que apoyaba en la espalda de la víctima, recorría con fuerza suficiente para acabar con la vida de "las abuelitas de la ciudad".
VRM