Como ocurrió en los procesos de inhumación de las fosas de Tetelcingo y Jojutla, las autoridades en la Fiscalía de Morelos no saben cuántos cuerpos tienen resguardados en el anfiteatro de Cuautla, donde desde el lunes 21 de junio un grupo de mujeres de diversos colectivos vigila que los cadáveres sean trasladados hasta el panteón ministerial Jardines del Recuerdo y que cuenten con todas las pruebas periciales para facilitar su identificación.
"Se estima que están trabajando alrededor de 100 cuerpos en este proceso", afirmaba Alejandro Cornejo Ramos, responsable de la Fiscalía especializada en desaparición forzada de personas en el estado de Morelos al arranque de los trabajos.
–Pero es una estimación, ¿no tienen un número exacto?, le pregunté.
"Es que depende de la evolución en las carpetas de investigación", respondió de manera atropellada a una docena de periodistas que documentaban el proceso.
Angélica Rodríguez, del colectivo Regresando a Casa Morelos, denuncia que no todos los cuerpos en el Semefo tienen completas las pruebas periciales, lo que ha retrasado el proceso para llevarlos al panteón ministerial.
En una semana de trabajo de ordenamiento en el Semefo de Cuautla se depositaron en gavetas especiales del panteón ministerial 42 restos, de los cuales 31 son cadáveres y el resto corresponden a fetos y restos de personas mutiladas.
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“Además violando los acuerdos que se tenían con la Fiscalía el proceso se está llevando a cabo sin la presencia de un notario. Yo les he dicho a las autoridades que nosotras no deberíamos estar vigilando, que hagan su trabajo”, refiere Angélica que desde agosto de 2012 busca a su hija Viridiana Morales desaparecida en el Estado de México mientras acampaba con su esposo.
“No solamente es mover de aquí al panteón, sino que se le apliquen en todos los protocolos debidos para una identificación eficaz y que regresen con sus familiares”, explica Angélica Rodríguez, quien participó el primer día de trabajo en la zona cero y el resto de la semana ha estado siguiendo el proceso desde una habitación donde a través de un monitor verifican lo que ocurre dentro del anfiteatro.
Ahora la Fiscalía les hizo firmar un acuerdo de confidencialidad y no divulgación sobre los trabajos que están atestiguando en el Semefo. “Nos están coartando nuestro derecho de libre expresión”, denuncia Angélica.
El proceso comenzó el lunes 21 con cinco horas de retraso por la ausencia de un notario. “No es un tema de presupuesto, sino que la autoridad no quiere que haya una fe notarial que deje testimonio formal de que de que hay anomalías a la hora que se empiezan a periciar los cadáveres”, sostiene Valentina Peralta de la Red de Eslabones por la Paz.
DMZ