Para la activista Abel Barrera Hernández, el asesinato de Bruno Plácido, fundador de la Unión de Pueblos Originarios del Estado de Guerrero (UPOEG) fue un mensaje funesto para la población.
“Es un momento triste para el movimiento social, trágico para quienes defendemos los derechos humanos, un mensaje funesto”, comentó la director del Centro de Derechos Humanos de la Montaña la Tlachinollan.
En entrevista para MILENIO Televisión, aseveró que la población se siente indefensa porque “parece que hay permiso para matar en el estado de Guerrero”.
Señaló que Bruno Plácido ya no estaba activo, y que “tenía que ser dializado dos veces por semana”. Fue un personaje muy controvertido, pero sobre todo muy comprometido en la lucha contra la inseguridad”.
Abel Barrera recordó que el líder de la UPOEG desmanteló grupos de delincuencia, además de recordar que esa organización ha tenido enfrentamientos y situaciones graves con diferentes organizaciones criminales, como Los Ardillos.
“Las autoridades tienen que tomar en cuenta estas líneas de investigación de su trayectoria, de las diferencias que hubo con otras organizaciones, él sufrió señalamientos directos”, indicó.
RM