Fue el pasado sábado 16 de octubre cuando un hombre asesinó a su esposa, sus dos hijas, su madre y su padrastro en el municipio de Juárez, Nuevo León.
Pero antes de la tragedia ocurrida en la colonia Mirador de San Antonio, la historia de amor entre los jóvenes comenzó como cualquier otra...
Brandon y Carolina se conocieron a mediados de 2016, al coincidir como empleados de un call center en el Parque Industrial La Silla.
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Ella, de entonces de 19 años, había tenido que terminar repentinamente con un anterior novio de la adolescencia.
Se "flecharon" y a los pocos meses decidieron vivir en unión libre. Nació su primera hija, pero tiempo después, la conducta del joven marido comenzó a cambiar.
Se tornó agresivo y, según personas cercanas a la pareja, constantemente maltrataba a "Caro", al grado de que también llegó a golpearla.
Habitaban en la colonia Las Lomas, de Juárez, donde los conflictos entre ellos, las separaciones y las reconciliaciones también eran frecuentes.
Hay quien dice que Brandon comenzó a tener problemas de adicciones apenas a mediados del año pasado.
Hace unas semanas y, ante la conducta agresiva del joven, Carolina le pidió a una de sus amigas que elevara una oración por su pareja, debido a que sospechaba "que se le metía el diablo".
Durante los últimos tres meses, el ahora presunto multihomicida de Juárez estuvo internado en un centro de rehabilitación antiadicciones.
En ese tiempo, Carolina vivió con sus dos hijas en la casa de sus padres, en la colonia Santa Mónica.
El sábado en la mañana, la madre y el padrastro de Brandon fueron a buscar a su nuera y sus nietas para llevarlas a comer.
Se dirigieron al domicilio de la colonia Mirador de San Antonio, donde finalmente ocurrió la tragedia.