Naasón Joaquín García —autoproclamado "el Apóstol de Jesucristo", jefe máximo de la iglesia La Luz del Mundo, "semidiós" de la colonia Hermosa Provincia"— cayó ayer a la tierra cuando el juez Ronald Coen le dijo que era un depredador sexual y confirmó la sentencia que la fiscalía californiana y la defensa de Naasón habían acordado a la víspera: 16 años y 8 meses, por abusar sexualmente a tres menores. Las víctimas no avalaron el fallo ni el acuerdo: creen que su abusador merecía cadena perpetua. “Tengo las manos atadas”, se disculpó el juez Coen con las víctimas.
Antes de que vistiera el traje naranja del sistema penitenciario de California, o sea, hace tres años, el 15 de mayo de 2019 para ser exactos, Naasón traía esmoquin y pajarita, y estaba sentado en el palco de la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.
Aquel día era su cumpleaños y lo homenajeaban la Orquesta Sinfónica de la Secretaría de Marina y un coro privado. Con la Carmina Burana comenzó el festejo por los 50 años de quien fue “elegido” el 14 de diciembre de 2014, mediante un “acto soberano de Dios”, como el sucesor Samuel Joaquín Flores, otro Apóstol violador que también había heredado de su padre el liderazgo de la terrenal iglesia La Luz del Mundo, con sede en Guadalajara y con presencia en América y Europa. Hasta donde se hizo público, Rogelio Zamora Guzmán, senador del Verde Ecologista, fue quien solicitó Bellas Artes para celebrar a Naasón.
Ayer no había sinfónica en el salón 101 del Centro de Justicia Criminal Clara Shortridge Foltz. Los audífonos que Naasón usaba eran para que escuchara a sus víctimas, pese a que nunca las volteó a ver. Su abogado de cabecera, Alan Jackson, famoso por haber defendido al actor Kevin Spacey, había intentado días atrás dilatar aún más el juicio contra Naasón. Al ya no conseguirlo, su cliente tuvo que oír a sus víctimas.
Jane Doe 4, sobrina de Naasón, relató llorando cómo sus abusos ocurrían día tras día. “Yo era de su propiedad, me usó una y otra vez. Tenía que levantarlo y dormirlo con un acto sexual”. Durante su testimonio, contó la vez que Naasón le pidió entregarle a su hermana de 14 años. “Debiste traerla antes”, recordó que le dijo su tío. Jane Doe 4 tenía 15 años cuando Naasón la violó. “Sigo adolorida”, contó que escribió en su diario el día después de la violación. Relató que su mamá la culpó a ella por los abusos. Y peor aún: que el día en que detuvieron a Naasón en Los Ángeles, su madre la levantó de la cama y la mandó a rezar por su abusador. “Mami, por favor: mírame, estoy sufriendo tanto…”.
Jane Doe 2 recordó que su abusador le dijo: “Yo soy tu novio especial”, y que desde entonces la aisló de sus amigos y de la comunidad. “Ahora sabes quiénes somos, queríamos el juicio”, confrontó a su abusador. Después dijo que la sentencia era un chiste, pues minutos antes de la audiencia, por los medios de comunicación, se habían enterado del arreglo judicial entre la fiscalía y la defensa de Naasón.
Jane Doe 1 envió su testimonio a través de otra persona. “Fui usada como un juguete para su placer, no acepta lo que hizo y no se arrepiente”, leyeron su declaración. “Queremos que se disculpe con nosotros”. En algún momento, dijo que la investigación por lavado de dinero y trata de personas que se le seguía en México no ha tenido avances. “El gobierno mexicano lo venera y lo protege”.
La madre de una de las víctimas le reprochó a Naasón: “¿Qué te hice para que violaras a mi hija? Te di mi tiempo, mi dinero y mi trabajo”. Le recordó incluso que su hija dejó de ser una persona alegre, que la encontró llorando varias veces, tirada en el piso del baño, hasta que un día le confesó que Naasón la había violado.
Conforme avanzaba la audiencia, las versiones de las víctimas repasaban historias que la fiscalía había ido registrando desde que Sochil Martin, la ex secretaria de Naasón, lo denunció por la vía civil. La fiscalía registró, por ejemplo, que Naasón obligaba a los fieles a dar diezmo y limosnas, a trabajar sin pago, a una obediencia irrestricta a las órdenes de las autoridades eclesiásticas e incluso los forzaba a “preparar” a sus hijas para entregárselas al Apóstol, como declaró Héctor Vera, un ex pastor de lo que ahora él denomina secta.
La fiscalía también registró que Naasón contaba con un grupo de jovencitas, cuya edad rondaba los 15 años, llamadas Las Angelitas, y sus coacusadas (Alondra Ocampo y Susana Medina, Miss Sussie) se encargaban de preparar a las niñas para obedecer las órdenes de Naasón. Y las órdenes iban desde enviarle videos desnudas o tocándose entre ellas, hasta practicarle sexo oral.
Cuando lo detuvieron le encontraron dispositivos con pornografía infantil. Una conversación interceptada por la fiscalía reveló el uso de drogas para facilitar el abuso a menores. Miss Sussie aceptó un cargo por asalto y fue condenada a un año de libertad condicional. Alondra Ocampo negoció un acuerdo de colaboración; su condena se encuentra pendiente.
A Sochil Martin, desde que tenía 9 años, la criaron para cumplir las peticiones del máximo líder. Sochil fue abusada, golpeada y violada durante 22 años, tanto por Naasón como por su padre Samuel Joaquín. En su denuncia, detalló los lujos en los que vivían sus abusadores: ropa y muebles exclusivos, autos antiguos, ranchos millonarios con aves exóticas, osos, un tigre y un león. Todo a costa del trabajo y los diezmos de los fieles.
Todo arropado por el Consejo de Obispos, los líderes de La Luz del Mundo que toman las decisiones junto al Apóstol en turno. “Estoy decepcionada del acuerdo”, se quejó Sochil en una conferencia de prensa desde Los Ángeles. “Temo que (con este acuerdo) el abuso se multiplicará (…) temo por mí y por las víctimas que denunciaron a Naasón”.
Heather Brown, ex fiscal y ahora colaboradora de la firma de abogados Anderson Advocates, dijo que no había motivo por el cual el acuerdo sea favorable para las víctimas. “Según mi experiencia, las autoridades tenían suficiente evidencia para que Naasón fuera condenado a cadena perpetua”.
El nombre de Naasón Joaquín García, dijo el juez Coen como parte de la sentencia, estará de por vida en el registro de agresores sexuales. De modo que su nombre ha trascendido las sillas, las fachadas y hasta los muebles donde los fieles de Hermosa Provincia grabaron las iniciales de su Apóstol. Los mismos fieles que en la calle principal de su colonia colocaron un cartel donde aseguran, con un hashtag, que su líder es inocente.
dr