La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) reconoció que los menores que han sido abusados sexualmente por parte de sacerdotes y religiosos son “mártires de nuestra época” y “víctimas de una estructura clerical con síntomas desbordantes de poder, de espectadores silenciosos y del ocultamiento y la complicidad”.
Al participar en la primera Jornada de Oración por las víctimas de abuso sexual, el obispo auxiliar Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la CEM, reconoció que la jerarquía católica, actuó de “manera incorrecta” al tratar los casos de pederastia, por lo que “la Iglesia pide justicia” y que “no haya impunidad” .
Esta es la primera ocasión en que la CEM reconoce públicamente las irregularidades que se han registrado en el seguimiento de casos de pederastia, por lo que dijo que “los inocentes han vivido persecución dentro de la Iglesia”
La Jornada de Oración, realizada en la Universidad Pontificia de México, es la primera actividad pública organizada por el Centro de Investigación y Formación Interdisciplinar para la Protección de los Menores. También se colocó una ofrenda en el centro del auditorio y se realizaron oraciones por las víctimas.
Cabe destacar que de septiembre a la fecha se han dado a conocer —por lo menos— tres casos de sacerdotes acusados de abuso sexual.
Al orar por las víctimas, Miranda Guardiola, señaló que estas acciones (los abusos sexuales) deben concientizar sobre el mal “que dentro de la Iglesia hemos cometido (...) Asumimos, la vergüenza que la sociedad siente”.
Por eso, indicó, la Iglesia debe ser consciente y responsable, “nuestro país nos demanda actuar con valentía y con alta responsabilidad, ante los errores y las acciones negativas. Tenemos que enfrentarlas con nuestra máxima responsabilidad y competencia.
“Debemos tomar conciencia de que toda la labor de la Iglesia no vale tanto como dañar a una criatura; por más bien que haga la Iglesia una sola infracción, un solo abuso, destruye, tumba todo”, por eso se debe “dar la cara a las familias de las víctimas, a ellos mismos, a toda la sociedad, sin alteraciones, sin huidas, sino con toda la responsabilidad”.
Casos recientes
En septiembre se detuvo a Carlos López Valdez, quien fue acusado de abuso sexual cometido hace más de 20 años en la Arquidiócesis de México contra el entonces niño Jesús Romero Colín. Actualmente se encuentra en el reclusorio Oriente de la Ciudad de México.
En febrero se condenó a 16 años al sacerdote Gerardo Silvestre Hernández, hallado culpable del delito doloso de corrupción de menores en su modalidad de inducción a actos sexuales y exposición de filmes pornográficos.
Ese mes también el ex vocero de la Arquidiócesis de León, Jorge Raúl Villegas Chávez, fue vinculado a proceso penal acusado de violación calificada, abusos sexuales y corrupción de menores en agravio de una estudiante del Colegio Atenas de esa ciudad. Y ya en proceso se han presentado otras denuncias.
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Papa autoriza matrimonios celebrados por "lefebvrianos"
El papa autorizó el permiso para celebrar matrimonios a los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X, los llamados lefebvrianos, quienes no reconocen las novedades introducidas en el Concilio Vaticano II, por lo que están fuera de la Iglesia desde 1988.
La oficina de prensa del Vaticano publicó la carta de la Pontifica Comisión Ecclesia Dei a las respectivas conferencias episcopales en las que les comunica la decisión aprobada por el pontífice.
Esta nueva disposición se extiende a la que incluía la carta apostólica “Misericordia et misera”, el documento de conclusión del Jubileo extraordinario, publicada en noviembre del año pasado, y en la que Francisco autorizó a los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X a confesar y absolver los pecados.
“No obstante la situación canónica de la Fraternidad S. Pío X continúa siendo, por ahora, objetivamente ilegítima”, explica la carta de Ecclesia Dei.
Este grupo, fundado por el fallecido arzobispo francés Marcel Lefebvre en 1970 y que no reconoce el Concilio Vaticano II, desató en 1988 un cisma en la Iglesia católica cuando su fundador ordenó sin permiso de Juan Pablo II a cuatro obispos. (EFE/Ciudad del Vaticano)