Fue el 24 de febrero del 2017 cuando escuchó la alerta. El agente Manuel Arriaga, un ingeniero industrial del Estado de México convertido en policía federal, y que apenas un mes antes había entrado a la Interpol, sería el primero en recibir el primer informe a través del 1-24/7, el sistema de comunicación de la policía internacional que revelaba que, desde México, un profesor universitario de Jalisco, un jesuita, formaba parte uno de los entramados de pedofilia internacional.
MILENIO tuvo acceso al expediente que revela que la oficina central nacional de Berna, en Suiza, envió el primer reporte en inglés con copia a la Secretaría General de Interpol en Lyon, Francia, lo que evidenció que era importante. El asunto era demoledor: “Sesión y distribución de material de abuso infantil en internet a través de Gigatribe. Usuario Mexicano”.
GigaTribe es un software que permite compartir de manera restringida entre pares archivos de imagen, video y documentos con usuarios, desde donde sus miembros pueden subir y compartir carpetas encriptadas. Solo en marzo de 2023, la policía Suiza encontró 2 mil 200 pedófilos en una sola operación en Gigatribe.
Pero desde julio de 2016 las autoridades de ese país han descubierto que esa red es una de las favoritas de los pedófilos internacionales, quienes habían grabado y abusado de niños de países con economías frágiles como Rumania, Sri Lanka, Túnez, entre otros. Sin embargo, en ese entonces no habían encontrado una conexión mexicana.
Transcripciones de los alegatos de inicio y la conclusión que presentó la Fiscalía General de la República (FGR) en un juicio consulado por MILENIO, revelan que esta situación empezó a ser conocida cuando el 15 de diciembre del 2016 la policía del cantón de Argovia, en Suiza, tomó el control de la cuenta de un pedófilo que usaba el apodo Windel.diaper, quien tenía hospedado en sus perfiles pornografía infantil que compartía con otros pedófilos.
Fue así que el 15 de febrero del 2017 a las 09:37 de la noche de Europa Central, un contacto llamado Zephirboy estableció contacto con Windel.diaper, cuenta que ya para ese momento estaba controlada por un agente encubierto de la policía suiza, quien rastreó la dirección IP y se percató que tenía como destinatario un usuario de la compañía mexicana Telmex.
El nombre de esa persona era Jorge Dueñas y según las investigaciones de la Guardia Nacional y la FGR, era un ingeniero de 52 años egresado de la Universidad de Guadalajara y con una maestría en ese mismo recinto educativo. Trabajó como profesor en la Universidad Jesuita de Guadalajara, también fue docente en la Universidad Panamericana y en el Tecnológico de Monterrey.
Según la investigación suiza, a través de GigaTribe Dueñas compartía una terrible carpeta con archivos que mostraban imágenes de niños muy pequeñitos siendo abusados. Había menores de 10 años.
Durante un cateo de la Guardia Nacional en su casa en Zapopan, Jalisco, fueron incautados equipos electrónicos que revelaron que en su interior había al menos mil imágenes y videos con pornografía infantil.
Perturbadoras imágenes de abuso infantil
Casi un mes después de que el agente de Interpol Manuel Arriaga recibiera la primera alerta en México, se tuvo acceso a través de una contraseña enviada desde Suiza para ver lo que contenía la carpeta que había puesto al descubierto al pedófilo mexicano. Había dos archivos, uno llamado Downloads y otra carpeta de nombre Print screen.
La primera contenía 12 archivos de imagen y un video. Los archivos llevaba nombres como sucklildudes5.jpg, otros se identificaban con números. El video tenía asignado el nombre que delataba el oficio de Jorge Dueñas: “COLEGIOYPROYECTOS.FLV”.
Las descripciones que realizaron tanto los agentes de la Interpol como los peritos de la Fiscalía son terribles y muy difíciles de leer. MILENIO decidió no revelar detalles para evitar revictimizar a los niños, pero es importante entender el contexto en que los pedófilos abusaron de ellos: en una playa, lo que según la autoridad indica que pudo ser grabado en un destino turístico; en un parque público; en otro espacio abierto con hojas, tierra y varitas de los árboles; en una banca.
Casi todos fueron grabados en exteriores.
La relatoría de la psicóloga forense Berenice Colín a través del análisis que hizo de las imágenes determinó que los niños eran probablemente varones. Mientras que la médica forense María Cázares declaró que, de acuerdo a las características anatómicas y físicas de las personas presentes en las imágenes y videos, se evidenciaba “la presencia de individuos menores de 18 años”.
Su testimonio es uno de los que provoca más espanto, pues al ir desgranando foto por foto el desarrollo genital de las personas concluye que eran niños, en algunos casos muy pequeños en “estadio 1”, como lo llama la forense.
Y dijo ante el juez: “Las personas [los pedófilos] que consumen ese producto tienen un problema dentro de la sexualidad, en las cuales se podría decir que, como diría [Sigmund] Freud, el objeto de amor está desvinculado, no pueden ser totalmente funcionales con la pareja o con sus pares y por eso requieren satisfacerse a través de personas infantes”.
La búsqueda
En 2019 la subinspectora en la Guardia Nacional, Gissel Huerta, reveló que el Ministerio Público le solicitó una investigación exhaustiva de una carpeta de investigación en contra de Jorge Dueñas. A partir de los datos que le entregó la empresa GigaTribe –como el correo electrónico con el que se había suscrito–, búsquedas en redes sociales y en la plataforma México, finalmente lograron saber que el profesor tenía dos domicilios.
Fue así que acudieron a una de ellas, a un fraccionamiento. Una señora mayor estaba afuera del domicilio. Cuando la agente de la Guardia Nacional y su compañero le preguntaron por Jorge Dueñas, la señora confirmó que era su madre, y trató de explicarles que su hijo era un hombre de bien, profesor universitario del Tec de Monterrey en Jalisco y de la Universidad de Guadalajara. Que por el momento no se encontraba en casa ya que estaba hospitalizado por una cirugía de hernia que había tenido y que por tres semanas no estaría en casa. Les pidió que no lo molestaran.
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El proceso continuó y fue hasta el 13 de octubre de 2022 que se involucraba a la Secretaría de Relaciones Exteriores, a través de la entonces adscrita a la Dirección de Cooperación Penal Internacional, Rocio Dueñas, quien entabló comunicación con la Embajada de México en Suiza. Así obtuvieron aún más información del que era el fiscal del caso y se apellida Histler, quien había liderado esta investigación en contra del mexicano.
La captura y condena final
Finalmente, el 12 de mayo de 2022 se cumplimentó la orden de aprehensión en Jalisco. A las 05:21 iniciaría la cacería en contra del pedófilo que se había conectado a una red internacional. Accionaron la vigilancia perimetral y finalmente fue detenido. El hombre no opuso resistencia y les confirmó que era él a quien buscaban.
Lo subieron a una camioneta Ford Ranger y fue llevado a las oficinas de la policía federal ministerial, en la Fiscalía General de la República, con sede en Guadalajara. Lo dejaron hacer una sola llamada: eligió a su madre.
En los documentos las autoridades aseguraron que en la habitación se encontraron objetos a los que se les extrajo información y se encontraron mil videos y materiales con pornografía infantil.
Cuando inició el juicio la Fiscalía abrió su acusación contra el detenido con la frase: “Los sueños de los niños se frustran por el gusto de otros”.
El pasado 23 de abril de 2024, Adolfo Aldrete Vargas, juez de distrito especializado en el Sistema Penal Acusatorio del Centro de Justicia Penal Federal jalisciense, del Complejo Penitenciario de Puente Grande declaró culpable a Dueñas.
El cargo fue el de “delito de trata de personas, en la modalidad de quien comparta, por cualquier medio, imágenes consideradas como fotografías y videograbaciones, en las que participen personas menores de 18 años en actos con fines sexuales, reales”.
Y aunque la FGR pedía 30 años de confinamiento, se le sentenció a pasar 16 años, 10 meses y 15 días de pena de prisión y multa de 9 mil 250 unidades de medida y actualización, equivalente a 698 mil pesos.
No sin antes el juez Aldrete resaltar que el sentenciado era profesor en diversos centros de estudios, tanto públicos como privados, lo que denotaba un nivel educativo alto. Por lo tanto “tenía conocimiento de que su conducta era prohibida y aún así quiso realizarla, esta situación permite justificar un reproche ligeramente superior al mínimo”, concluyó.
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