El pastor presbiteriano Gilberto Díaz Pérez, junto con personas más, fue liberado tras estar retenido desde hace siete días por los pobladores de la comunidad Berlín, municipio de Simojovel, Chiapas.
De acuerdo con los líderes evangélicos, el pastor y su familia no cometieron ningún delito que ameritara la privación de la libertad, ni mucho menos sanción administrativa o económica, pues únicamente son señalados por ejercer su derecho a la libertad religiosa.
Además del pastor de la Iglesia Presbiteriana en los Altos de Chiapas, también fueron retenidos su esposa y dos hermanos más; la salud del primero se reporta como delicado, por lo que ya recibe atención médica.
La liberación se dio luego de dos intentos de negociación y tras la firma de un acta de acuerdo, donde el pastor se compromete a no predicar la religión presbiteriana en la comunidad, además del pago de una multa de seis mil pesos.
A pesar de que Gilberto Díaz es originario de la comunidad Berlín y de oficio profesor bilingüe, fue retenido el pasado 20 de agosto presuntamente por violar el reglamento interno de la localidad que se establecen por usos y costumbres.
En Chiapas el problema de la intolerancia religiosa aún no es abatido, debido a que la fe católica es considerada como única dentro de las comunidades y que presuntamente podría estar ligado al asesoramiento de párrocos de la iglesia tradicional.
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