La Navidad ya se acerca y que mejor manera de recibirla con un mensaje de felices fiestas decembrinas. La policía de la Ciudad de México compartió los buenos deseos que Toskha, Layla y Héctor, de la Unidad Canina de la Policía Bancaria e Industrial (PBI), envían a todos esperando sea un próspero año 2023.
El espíritu navideño llegó a la Unidad Canina K9 de la PBI de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) para desear a los ciudadanos felices fiestas. Como muestra de su amor y cariño vistieron sus trajes navideños para las festividades decembrinas.
El Grupo Especial Canino cumplió el 8 de julio pasado 25 años de vida, lapso en el que han realizado tareas de seguridad, detección de narcóticos y búsqueda de personas, por ejemplo, en el sismo que azotó la capital del país en el 2017.
La Unidad Canina fue creada en 1997. Actualmente está conformada por 15 perros, y se enfoca en acudir a puntos estratégicos en los que los efectivos de la PBI ofrecen servicio de protección y vigilancia, especializados en búsqueda de sustancias olorosas a explosivo; búsqueda de sustancias prohibidas (enervantes); búsqueda de personas en estructuras colapsadas e intervención (guardia y protección).
Toshka y Layla, de tres y dos años, respectivamente, se especializan en la búsqueda de enervantes, además de participar en operativos en Pasajero Seguro y eventos masivos, como conciertos.
Mientras que Héctor, de cinco años, se especializa en la búsqueda en detección de explosivos, participa en operativos de Pasajero Seguro, eventos masivos, y durante la pandemia, participó en los operativos del recibimiento de las vacunas en el área de Hospitales de San Fernando y Apoyos Foráneos y en amenazas de bomba.
Para elegir a los ejemplares, los instructores realizan varias pruebas de socialización, observan el temperamento y la reacción cuando corre tras una pelota, para utilizar ese objeto como atractor y poder entrenar al animal, ya que así éste lo asocia con algo que le gusta, como un juego y no como un trabajo.
Los binomios han colaborado en desastres naturales, en el desgajamiento del cerro del Chiquihuite, y a diario en los Centros de Transferencia Modal de la ciudad.
Tras la evaluación, los caninos son seleccionados de acuerdo con sus habilidades y las características mostradas, para asignarlos a una especialidad, ya sea para búsqueda y localización de personas, de sustancias prohibidas, o de detección de explosivos o armas. O bien, se dedican a la guardia y protección durante la realización de patrullajes, supervisión y apoyo pie a tierra.
Los perros llegan a permanecer en la PBI hasta ocho años y después son dados de baja para ser entregados a la persona que los capacitó.
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