Exigen justicia tras el feminicidio de Vanessa Gaytán

Decenas de personas se reunieron frente a las puertas de la finca donde vive el gobernador. Colocaron veladoras, mensajes y flores para pedir protección a las mujeres víctimas de violencia de género

Los asistentes leyeron un pronunciamiento y gritaron consignas por feminicidios en Jalisco (Fernando Carranza).
Elsa Martha Gutiérrez
Guadalajara /

Ahí, en Casa Jalisco donde ocurrió el feminicidio de Vanessa Gaytán, acudieron decenas de personas y familiares de otras víctimas para exigir justicia. Dejaron veladoras encendidas junto a la caseta de seguridad, así como en la entrada principal. Además, muchas de ellas llevaban consigo flores.

Leyeron un pronunciamiento y aseguraron que era “inadmisible que en la casa del gobernador se asesine a una mujer que contaba con varias órdenes de protección”.

Así, mientras la madre de una víctima de feminicidio exigía castigo para su hija Alondra, el gobernador del Estado, Enrique Alfaro se hizo presente. Sin embargo, nunca se acercó a quien leía el posicionamiento.

Solo estuvo observando, mientras dialogaba con Guadalupe Ramos Ponce quien le insistía que el caso de Vanessa era simbólico y que debía ser un parteaguas. Él solo escuchaba.

Ya cuando se acercaron los medios de comunicación reiteró que nadie le puede reclamar que no atiende los casos de violencia.

“Salí personalmente para que la gente sepa que no tengo ningún motivo para esconderme jamás”. Se retiró.

Sin embargo, en el trayecto hacia el ingreso principal de Casa Jalisco, le lanzaron consignas y le pidieron su renuncia.

“Bienvenidas, bienvenidas” decía Alfaro. “No palabras, ni papeles en el escritorio no sirven”, le respondían. El mandatario: “están en su casa y con permiso. Están los funcionarios a sus órdenes”. Siguió su camino y antes de que le abrieran la puerta comenzaron los gritos: "justicia; renuncia; ni una más".

Mientras, a las afueras de Casa Jalisco se quedaron el secretario General de Gobierno, Enrique Ibarra; el Fiscal General del Estado, Gerardo Octavio Solís y la titular de la Secretaría de Igualdad, Fela Pelayo para dialogar con las mujeres. Sin embargo, los ánimos se caldearon.

"Las cifras que están dando no son las reales. Dicen que son 13 feminicidios cuando en realidad son más de 70. Es una falta de respeto que señalen eso, hablan de otro planeta”, les decía Ramos Ponce.

“Para ver la realidad tendrían que ser mujeres”, reprochó. Otra más, invitó al secretario General de Gobierno a conocer el Centro de Justicia para Mujeres. “Los expedientes están perdidos, ni Excel hay”. Enrique Ibarra solo escuchaba, poco contestaba.

“Lo invito a que vea que no hay expedientes”, le insistió mientras otras les preguntaban: ¿Ya entraste a los refugios? Ya estamos cansados de vivir con miedo. A mí hija le hablo cuando sale, cuando llega, cuando va a la escuela. No somos ajenos al dolor, decía Ibarra Pedroza quien fue bombardeado de preguntas. Pero ¿qué va a hacer?, insistía. Vamos a trabajar, pero ¿cómo?, ¿cómo se va a verificar?

Guadalupe Ramos exigió que se reestructure todo el sistema de justicia ya que falló. Le falló a Vanessa.

SRN

LAS MÁS VISTAS