Liliana Ramírez García, una mujer de 40 años, murió atropellada el 9 de mayo. Eran poco más de las 5:00 de la mañana cuando salió de su casa para ir a trabajar a una escuela secundaria en Tizayuca, empleo con el que solventaba los gastos de ella y de su hijo Ricardo, de 16 años.
Esa mañana cruzó, como todos los días desde hace dos años, el bulevar Nuevo Hidalgo por el cruce peatonal, cuando fue embestida por una camioneta que se pasó el alto y que dejó su cuerpo en medio de la avenida. Su cuerpo inerte permaneció ahí por horas, mientras que el conductor y su acompañante huyeron del lugar, hasta que fueron detenidos por policías estatales.
El hermano de la víctima, Rubén Olguín, pide justicia, ya que el caso ha presentado irregularidades, y ante la petición de presentar el caso al titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), Alejandro Habib Nicolás, aún no han tenido la oportunidad de hacerlo, porque no han sido recibidos por el procurador.
“Mi inconformidad es cómo se ha llevado el proceso, liberaron al culpable a pesar de que el examen de alcohol presentó .83 grados, y huyó del lugar de los hechos, nos han querido sobornar para que dejemos el tema en paz, y ahora resulta que mi hermana debe la camioneta”, expone Rubén con la voz entrecortada.
Ha sido un largo andar desde aquel 9 de mayo, desde que recibió la llamada de su sobrino preguntándole por su mamá, y tras enterarse en redes sociales del accidente y la coincidencia de las iniciales que se publicaron en las notas, “así que me dirigí al ISSSTE porque ella era derechohabiente, y me mandaron a la PGJEH, en donde me indicaron que había un cuerpo con las características de mi hermana y sí, era ella, pero en ese momento se me acercaron dos licenciados de Actopan para ver si podíamos llegar a un arreglo pero pues les dije qué precio le ponían a mi hermana, así que se fueron.
“Me entregaron el cuerpo de mi hermana, la mitad de su rostro estaba deshecho, desfigurado, la proyectaron y ya hasta querían manejarlo como suicidio y que había cruzado por donde no debía y soltaron al conductor y es cuando pregunto, qué pasa con la justicia en Hidalgo, no se ayuda al afectado y probablemente, como sucede en todo el país, hace negocio con el dolor de otros y uno que no tiene el dinero para ofrecer, pues ahora somos hasta culpables”, indica Rubén indignado.
Desean que el culpable pague con cárcel e irán a la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH) para levantar una queja, “y no somos familia que tengamos dinero, pero sí la fuerza para pedir justicia y que ese joven, de 32 años, sea responsable de lo que hizo”, dice, no sin antes recordar que su sobrino festejó el Día de las Madres sin la suya.