El elemento que falleció el fin de semana luego de un enfrentamiento con delincuentes había sido reconocido en agosto del año pasado por partcipar en el rescate de una persona en el incendio de la empresa Protexa.
En esa ocasión, José Antonio Javier López y sus compañeros, Francisco Franco Pascacio y Pedro Navarrete Sánchez, subieron a la barda de la citada compañía y ayudaron a salir con vida a uno de los trabajadores tras la explosión de la caldera.
El hecho fue grabado gracias a las cámaras de solapa del programa de tecnovigilancia que implementa el municipio.
Más de seis meses después, el heroico policía volvería a ser reconocido, pero ahora por haber caído en el cumplimiento del deber.
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Autoridades estatales y municipales, además de sus propios compañeros, realizaron ayer por la mañana una guardia de honor en memoria del policía que falleció el sábado, tras ser baleado por delincuentes durante una persecución la madrugada del viernes.
El presidente municipal, Jesús Nava; el titular de Policía y Tránsito, capitán Marco Antonio Zavala; y el secretario de Seguridad de Nuevo León, Aldo Fasci, reconocieron la labor, el desempeño y la entrega del elemento caído, José Antonio Javier López, quien contaba con 28 años de edad.
Con seis años de antigüedad en la corporación, El Marino, como le llamaban a Javier López, formó parte de diversos agrupamientos, entre éstos, durante los últimos meses, el Grupo Especial de Reacción Táctica.
El joven oficial dejó pareja y dos hijas de nueve y seis años de edad. Era originario del poblado de Juchitán, Guerrero.
Su madre, al tomar la palabra, les recriminó a las autoridades locales la falta de apoyo y atención médica para él, además de que exigió justicia.
Tras los servicios funerarios y la guardia de honor, los restos del policía fueron trasladados a su tierra natal.