Gerardo Rafael Soriano Álvarez, el policía municipal que murió y donó sus órganos fue despedido con honores antes de ser sepultado.
El cortejo fúnebre inicio poco después de las ocho de la mañana rumbo a la Comandancia Norte de la Policía Municipal donde autoridades reconocieron el trabajo que desempeño por más de cuatro años y el noble gesto que tuvo al donar sus órganos y así trascender más allá de la muerte.
Familiares, amigos y compañeros lo acompañarán en este homenaje en honor a la vida del policía.