Eran aproximadamente las 19:30 horas del 22 de agosto. Policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México circulaban por las calles de República de Paraguay y República de Brasil, en el Centro Histórico, cuando un joven, acompañado de una mujer, se les acercó para denunciar que acababa de escaparse de una vecindad donde lo tenían secuestrado.
Aquel día, el joven, quien estaba herido, fue citado por “un amigo” en el Metro Lagunilla, de la Línea B, ya que le dijo que habían localizado la motocicleta que le había sido robada hace unos días. Sin embargo, a la hora del encuentro, dos hombres armados lo obligaron a subir a una motoneta y lo llevaron a una vecindad en la colonia Centro, pero en un descuido de sus plagiarios, el joven logró escapar.
Ilustración: Moisés Butze
En el camino, el joven vio a unos policías a quienes les pidió ayuda. La oficial Berenice, el policía Cuevas y el oficial Cruz, auxiliaron a aquel hombre de 22 años aproximadamente, a quien luego de tranquilizarlo, la oficial le preguntó qué le había pasado.
“El joven estaba muy desconcertado, incluso algo lastimado y muy preocupado. Estaba alterado, te puedo decir que estaba incluso llorando (…) le habían robado su moto en Tepito, lo contactó un amigo y le dice por teléfono que el primo del amigo ya había localizado la moto y que para esto quería dinero para que se la entregara porque le había ayudado. Lo citó en el Metro Lagunilla a las dos de la tarde el lunes y el joven asiste. Dice que llegó una motoneta con dos sujetos armados y a punta de pistola se lo llevan a esta vecindad”, contó la oficial Berenice a MILENIO.
Pese a que el joven no conocía bien las calles, dirigió a los policías al inmueble donde estaba privado de su libertad. Berenice y Cuevas llegaron a la entrada del inmueble, mientras Cruz hacía un recorrido alrededor de este en la patrulla.
Ilustración: Moisés Butze
Ahí, “como si nada”, se encontraban dos de los presuntos secuestradores, los cuales fueron identificados por la víctima quien había proporcionado las características de la ropa que llevaban, pero al notar la presencia policial intentaron huir por la azotea.
“Nos guió por la calle de Brasil hasta la calle de Perú, en el área común se encontraban estos sujetos. Así como vamos entrando, estos sujetos nos ven y emprenden la huida hacia arriba, subieron en la vecindad directo a la azotea”.
Junto a su compañero, el oficial Cuevas, persiguieron a los dos individuos hasta la azotea de la vecindad logrando detenerlos. Posteriormente, decenas de elementos llegaron a la vecindad para brindar apoyo en el resguardo de los dos primeros detenidos que no pusieron resistencia alguna.
“Subimos hasta la azotea, nunca los perdimos de vista. En la azotea había un cuadro al cual saltaron y es donde logramos la detención (…) los acorralamos y no vieron por dónde huir. Creo que ellos no se imaginaron que él se iba a escapar y pediría el apoyo”, añadió la oficial. El policía Cuevas recuerda que al marcarles el alto, unos perros salieron corriendo grandes, “que es lo que nos deja seguir brincando”.
Ilustración: Moisés Butze
Sin embargo, el joven que había sido secuestrado había dicho que eran tres los presuntos responsables, los cuales fueron identificados por la víctima ya que nunca estuvieron encapuchados. Fue así como el agente Cruz decidió hacer un recorrido por la vecindad en busca del tercer implicado y fue al final del segundo piso donde lo encontró; estaba tapado con una cobija esperando pasar desapercibido.
“Cuando ellos (la oficial Berenice y el policía Jesús) ya tienen a los detenidos, subí a ver si no necesitaban el apoyo. En el segundo piso vi una cobija y se me hizo extraño que en el área común del pasillo se encuentre una cobija, debajo estaba otra persona de las involucradas y lo detuve; la parte afectada lo señaló como una de las personas que lo privó de su libertad”, explicó el policía Cruz.
Berenice destacó que el trabajo en equipo fue la clave para la captura de los tres individuos y explicó que en la zona centro, uno de los puntos más complicados de la capital en temas de seguridad, los policías deben ser identificados y ser muy observadores porque no saben cómo serán recibidos durante una acción.
“El seguimiento y la coordinación fue la clave, fue un trabajo en equipo. Trabajar en esta zona es muy complicado, el policía tiene que adaptarse, investigar y ser muy observador”, dijo.
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