Un grupo de policías de Cuautitlán Izcalli se manifestaron frente al Parque de las Esculturas, a un costado del Palacio Municipal, para denunciar lo que calificaron como “deplorables condiciones laborales” que prevalecen en esta corporación, actualmente bajo el gobierno de la panista Karla Fiesco García, alcaldesa con licencia y quien busca la reelección.
“Tenemos ya muchos años en la policía municipal y no hay promociones (de ascenso) por el amiguismo que prevalece entre los altos mandos; tampoco hay una nómina equitativa para los elementos y hay muchos aviadores, por eso exigimos una auditoría para saber a dónde se van tantos recursos”, acusó Eloísa Santibáñez Rosales, agente municipal.
Los uniformados aseguraron haber entregado dos pliegos petitorios, uno en 2022 y otro en 2023, a la alcaldesa con licencia Karla Fiesco, pero sus peticiones fueron totalmente ignoradas, afirmaron.
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Asimismo, denunciaron que el actual Comisario de Seguridad Pública municipal, Marco Antonio Mena, logró el reingreso a la corporación para ex policías amigos suyos, despedidos en administraciones pasadas, quienes ahora volvieron con mejores sueldos que la mayoría de los elementos en activo, quienes llevan años de servicio buscando ser promovidos.
Una de las uniformadas, quien dijo ser policía raso y tener 21 años de servicio en Cuautitlán Izcalli, señaló que nunca se le ha considerado para la promoción a pesar de su experiencia y su capacitación continua. Expuso que aun con el bajo salario que percibe, cercano a los 10 mil pesos mensuales, ella y otros policías deben pagar por el uso de las patrullas y comprar de sus bolsillos las refacciones cuando las unidades llegan a averiarse.
“Tenemos horarios inhumanos, de 24 por 24 horas; pagamos por todo, los cartuchos de las armas, armas que no siempre coinciden con el número de serie que tienen asignado, lo que podría generarnos problemas legales. Tampoco recibimos equipo táctico completo, como el casco, el chaleco blindado, ni tenemos apoyos para vivienda o becas para nuestros hijos; pero más aún, el seguro de vida es de 200 mil pesos, con eso —si me muero— mi familia queda en el desamparo”, reclamó.
Los manifestantes subrayaron que el seguro de vida se los concedieron apenas hace unas semanas, al inicio del proceso de campañas.
Respecto a los demás agentes municipales que no acompañaron la protesta, los manifestantes justificaron la ausencia por temor a las represalias; sin embargo, afirman que cerca del 70% de los elementos están inconformes con la situación actual, pero tienen temor de perder su fuente de empleo, algo con lo que son constantemente amenazados.
“Cuando los mandos se enteraron de que haríamos la protesta, llamaron a los dos turnos a acuartelarse, para identificar a los que íbamos a participar; podrán tomar represalias en nuestra contra, pero nosotros ya no aguantamos estas injusticias”, sostuvo otro participante, quien pidió el anonimato.
RM