Priscila fue secuestrada el 11 de diciembre de 2007 cuando tenía 18 años. Cinco hombres la raptaron en la colonia Pro-Hogar en la alcaldía Azcapotzalco.
Durante tres años, los secuestradores enviaron videos, grabaciones de su voz y fotografías de su cautiverio con periódicos del día para demostrar la fecha de las pruebas. En este tiempo, la familia de la joven pagó dos rescates, pero nunca fue liberada.
A finales de 2008, la familia de Priscila recibió una carta escrita con su puño y letra. De acuerdo con la grafóloga María Fernando Centeno, en el texto se puede apreciar el dolor y la deserción que estaba pasando, así como el amor que sentía al escribir papá o mamá.
Tras recibir esta carta, la familia hizo un último pago, pero no la joven no fue liberada.
En febrero de 2010 se localizó el cuerpo de una mujer en Huitzilac, Morelos. Ya que los restos no pudieron ser identificados, fueron enviados a una fosa común y no fue hasta tres años después cuando la entonces Procuraduría General de la República (PGR) informó del hallazgo a la familia.
Sin embargo, ellos guardaban la esperanza de que estuviera con vida, por lo que rechazaron esta teoría de que los restos fueran de Priscila, pero la PGR indicó que contrastó muestras con el ADN de familiares y los resultados no eran alentadores: se trataba de la joven. Fue asesinada en 2009.
A más de 14 años del crimen y nueve del reconocimiento del cuerpo, sólo hay un detenido, el colombiano Nino Colman Hoyos, sentenciado a finales de 2010 a pasar 60 años en prisión.
DMZ