Profanan tumba de niña para usarla en rituales satánicos

Aunque la pequeña cumple casi 100 años de haber sido enterrada en el panteón de San Pedro, la naturaleza la mantuvo en buen estado, por lo que su cuerpo es extraído para un sinfín de prácticas. 

El cuerpo momificado de la niña ha sido regresado a su tumba varias veces, por lo que ahora se encuentra malgastado.
San Pedro, Coahuila /

Hace poco menos de 100 años, una familia sufrió la pérdida de su pequeña hija, los padres la sepultaron en el piso más bajo de la tumba familiar, en esos tiempos los sepulcros iban por afuera de la tierra, formando una especie de mausoleo pequeño.

[OBJECT]Año con año la familia lloró a la niña, hasta que con el paso del tiempo, el resto de los integrantes también fallecieron. Luego ya no quedó nadie que los visitara y la tumba terminó en el olvido en el lado sur del panteón municipal.

El mausoleo no cuenta con una nomenclatura que indique quienes están sepultados y si en algún momento la tuvo, se perdió con el paso de los años, dejando a la niña sin nombre ni apellido, a merced de días con un sol abrasador y noches de frío, que se intensifican bajo los ladrillos de cantera con los que su última morada fue construida.

Debido a los cambios de temperatura, el pequeño cuerpo sufrió una especie de momificación natural que la conserva casi intacta y así seguiría, de no ser por algunos curiosos y personas mal intencionadas.

Y es que hace un año, la niña fue sacada de su tumba, según se rumora entre los vecinos, quebraron una de las bardas donde estaba la pequeña, tiró los ladrillos y la sacó de ahí para realizar actos de brujería.

La tarde del jueves, por tercera vez la niña fue sacada de su sepulcro, sólo que en esta ocasión el sepulturero y encargado del panteón, Bruno Dávila Guzmán, descubrió el cuerpo de la pequeña y antes de regresarla a la tumba, llamó a las autoridades.

Bruno hizo esto para que la población se enterara y así tratar de crear conciencia sobre el respeto a los muertos, esperando que dejen descansar a la pequeña y que ya no sea sacada de la tumba, ya que esto ha deteriorado y maltratado el cadáver.

[OBJECT]Para él no es difícil volver a poner a la infante muerta dentro de su caja, pues desde niño ha vivido muy cerca de la muerte, ya que su abuelo, José Dávila tenía el mismo oficio, que después heredó a su padre, Bruno Dávila, quien más tarde se lo enseñó al mismo Bruno.

Mientras tanto, otros esperan que la tumba de la niña ya no sea profanada por ningún motivo y la dejen descansar, pues viven con el miedo de que se despierten “cosas” que no tendrían que pasar.


rcm

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