Eduardo Margolis es apodado El Gólem a partir de un mito hebreo sobre un guerrero de barro, adaptado por su convicción protectora para la comunidad judía: el que se mete con ella, se mete conmigo, dijo. Y es que este personaje, es temido lo mismo por procuradores que por líderes criminales.
Pocas veces ha dado entrevistas y dos de ellas son recientes, en la nueva cresta mediática que es el caso Cassez-Vallarta, a raíz de la publicación de la serie documental ‘Una novel criminal’ en Netflix, en cuyo último capítulo Margolis es un personaje recurrente a través de una llamada con Florence Cassez, pero también con su propio testimonio. La segunda conversación fue para MILENIO, donde negó relación con el ex secretario de Seguridad Genaro García Luna.
Sin embargo, al revisar el caso de secuestro en el que se vio inculcada Florence Cassez y –su entonces pareja– Israel Vallarta hay un cabo suelto: Eduardo Margolis.
De acuerdo con una investigación realizada por MILENIO, la supuesta intervención de Margolis habría quedado protegida bajo el halo de García Luna y su hombre de confianza, Luis Cárdenas Palomino, cuando tenían bajo su cargo las tareas más importantes de seguridad en el país. Y hoy ambos encarcelados.
Pero Margolis ha rechazado cualquier señalamiento de intromisión en el caso motivada por una venganza contra Sebastien Cassez, hermano de Florence.
“Es falso, completamente. ¿Tú crees que alguien como yo va a perder el tiempo con gente como esa?”, dijo.
¿Quién es Eduardo Margolis?
Eduardo Margolis es un empresario judío de 68 años, involucrado en negocios de belleza y autos blindados, con los que se convirtió en aliado de altos ejecutivos de Televisa. Asimismo, es señalado como ex agente del Mossad infiltrado en México, donde lleva al menos 30 años –desde que volvió de Israel a Guadalajara–, en lo que él mismo ha definido como su misión de defender a los de su comunidad.
En aquellos años simuló la fundación de un partido político nazi y clandestino aprovechando la efervescencia de una ultraderecha en Jalisco que se asumía antisemita.
Así inició su leyenda como El Gólem, que se consolidó una década después cuando se mudó a la Ciudad de México y su esposa fue víctima de secuestro. Las autoridades locales de ese entonces eran demasiado corruptas o incompetentes para asegurar que ella volvería a casa, así que Margolis usó las técnicas de espionaje y vigilancia que aprendió en la tierra de sus padres. Y funcionó. Esa banda hoy está “borrada” del mapa criminal.
Su biografía alcanza dimensiones de leyenda en su comunidad: perdió a su padre a los 14 años y pese a la ausencia de esa figura paterna logró amasar una fortuna que nadie sabe calcular. Él y su equipo han participado en la resolución silenciosa de más de 400 secuestros, algunos de los casos de más alto perfil del país. Lo han querido asesinar más de 11 veces, pero siempre sale ileso aunque se mueve sin guardaespaldas. Ha sido desahuciado en cuatro ocasiones, pero ni la muerte sabe dónde encontrarlo para vencerlo.
Como es temido, Margolis también es reconocido y querido por su comunidad. El presidente municipal de Huixquilucan declaró en 2017 que Eduardo es “un gran amigo, en lo personal, y del municipio de Huixquilucan. Un experto en seguridad, yo diría que es de los hombres que más saben de seguridad, pero también es de los hombres que más saben de amistad. Él sabe ser amigo y yo le agradezco su amistad y que siempre está aquí con nosotros, apoyando a la policía del municipio de Huixquilucan“.
Con información de Óscar Balderas y Ruben Mosso.
DMZ