Ese sábado era un día normal, en el que como cualquier otro Berenice y su marido, el doctor Víctor Hugo Flores habían acudido al centro comercial a realizar algunas compras, terminaron su recorrido y cuando se disponían abordar su camioneta fueron interceptados por unos jóvenes armados quienes les pidieron que les entregaran las llaves del vehículo.
Víctor no puso resistencia, de inmediato se dispuso a entregar la camioneta, pues sabía el riesgo que corría, sin embargo eso no fue suficiente, pues uno de los jóvenes abrió fuego disparando en contra de la víctima hiriéndolo de muerte.
Así narró Berenice, los momentos de horror que vivió junto a quien era su compañero de vida y que vio caer luego del atroz crimen cometido por los asaltantes, que le arrebataron al ser que más amaba.
"Cómo está la situación, ya sabíamos que era arriesgar todo… Era más importante la vida que el auto", dijo en breves declaraciones a este medio en el domicilio que compartía con el Doctor.
Poco después de las nueve de la noche personal del supermercado alertó a las autoridades sobre las detonaciones de arma de fuego en el estacionamiento, además de ver huir a un par de personas quienes portaban armas.
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Los primeros respondientes en la escena fueron los elementos de la Guardia Nacional quienes al ver al hombre tendido proporcionaron los primeros auxilios con su botiquín sin embargo ya no contaba con signos vitales.
En una emotiva carta Daniela una de las hijas del también Director del Caises del municipio de Salamanca escribió:
“Se fue el pilar más fuerte de nuestra familia, un hombre tan bueno que aún le faltaba tanta vida por delante. Eras el mejor compañero para mi mamá y el mejor padre para mí y mi hermano, tu ausencia será dolorosa porque siempre vamos a tener la ilusión de que te asomes a nuestros cuartos para despedirte, dejar una estela de tu loción favorita por toda la casa, de que llegues en la tarde sonando el pitido de tu moto para que te abriéramos, que entraras con tu casco y dejaras tus llaves”.
“No merecías ese final, merecías ver a mi hermano y a mi graduándonos, felicitarnos por haberlo logrado, que estuvieras a lado de mi mamá, que hicieras tus bromas, que nos hicieras cariños y hasta que te pusieras gruñón con nosotros”
“Descansa en paz papá y donde quiera que estés sé que algún día nos vamos a volver a juntar como la familia que fuimos. Te quiero tanto, que las palabras son poco para describir el sentimiento”, señala la carta publicada en redes sociales.
Familiares amigos y vecinos del médico lloraron su partida pues algunos quienes lo conocían desde pequeño sabían de su calidad como ser humano. Los restos de Víctor Hugo fueron velados a partir de la tarde del domingo en la casa funeraria Nueva Vida.