Cuando los agentes estadunidenses buscaban frenéticamente a Kiki Camarena, el agente de la agencia antidrogas que había sido secuestrado en México, una fotografía encontrada en una casa de Miguel Ángel Félix Gallardo, El Jefe de Jefes, confirmó sus peores sospechas: lo había secuestrado el Cártel de Guadalajara.
Un agente retirado de la Administración para el Control de Drogas (DEA) así como expedientes judiciales revelan cómo fueron los primeros días en que el gobierno estadunidense estableció e implementó el operativo para encontrar a Enrique Camarena, quien había sido estacionado en Guadalajara para investigar a la organización liderada por Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carillo.
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“A mí me tocó pegarle a los dos o tres días a una casa de Félix Gallardo. Fui yo a la casa y le pegué con la Policía Judicial. En el escritorio de Félix Gallardo encontramos una foto de Kiki Camarena. Entonces ya estaban planeando todo eso”, dijo a Milenio un agente retirado de la DEA, quien formó parte del equipo investigativo que rastreó a Camarena.
Horacio Ayala, otro agente de la DEA, confirmó durante una audiencia en Estados Unidos, relacionada al caso, el descubrimiento. La residencia se encontraba en la calle Mixcóatl, en Zapopan, Jalisco. Ahí, se encontraron primero con la esposa del Jefe de Jefes: “había una mujer que se identificó como Elvira Murillo de Félix. Ella era la esposa de Miguel Félix Gallardo, un conocido traficante.
En uno de los cuartos en la casa, que fue identificado por Elvira Murillo de Félix como la oficina privada de Miguel Félix Gallardo, hicimos una búsqueda y recuerdo que el comandante Espino buscó algo detrás suyo. Había algunas repisas para libros en la oficina. Buscó por arriba y tomó una bolsa de mano. La llevó hacía él y mientras lo hizo, había un par de documentos así como una fotografía que se cayó al piso. Me agaché para tomar la fotografía y era una fotografía de Enrique Camarena”, explica el agente. Para entonces, las sospechas y la información recolectada era suficiente para establecer que el Cártel de Guadalajara estaba detrás de la agresión.
La (infame) huida de Caro Quintero
Los informantes que había desarrollado la DEA indicaron que la desaparición del agente había sido resultado de un operativo en el que Camarena participó y resultó en la destrucción de unas 150 toneladas de mariguana en el rancho El Búfalo, en Chihuahua, que pertenecían a Rafael Caro Quintero.
En México, el comandante Armando Pavón Reyes dirigía a la Policía Judicial Federal en Guadalajara, la unidad que se encargó de buscar a Kiki Camarena. La primera vez que el agente de la DEA lo conoció, fue en el aeropuerto de Guadalajara, en la más extraña de las situaciones: las agencias estadunidenses habían recibido un reporte de una aeronave sospechosa y querían que fueran a investigar. Así que ahí estaba, junto a un puñado de agentes de la DEA, otro más de agentes federales y siete hombres bien vestidos y armados con Ak-47 abordando un jet Falcon.
“El comandante Pavón dijo ‘corten cartucho’ y se oyeron los cuernos de chivo. Todos estaban detrás de los vehículos, más o menos escondidos, y luego se veían siete hombres, bien vestidos, con cuernos de chivo, con el tambor, que en se tiempo ese tambor yo creo tiraba como 90 balas”, revela el ex agente a Milenio.
Pero pronto todo cambió. “En ese tiempo el que estaba mejor vestido, traía unos jeans, traía una .45 metida con diamantes, traía una esclava, una camisa blanca, botas de avestruz, bigotes, dijeron que era policía de la Dirección Federal (de Seguridad)”, cuenta el ex agente.
Más tarde, a través de una fotografía enviada por fax directamente desde Estados Unidos, el agente averiguó que esa persona era Rafael Caro Quintero.
“El comandante Pavón dijo ‘bajen las armas’ y cuando dijo que bajaran las armas el comandante Pavón se fue a donde estaba Rafael Caro Quintero, comenzaron a hablar, se fueron detrás del avión, se subieron al hangar, adentro. en ese momento nosotros estábamos recibiendo (por radio) ‘¿paren ese avión, no deje que se escape’, pero no podíamos hacer nada, porque Caro Quintero y su personal estaban mejor armados que nosotros.”
De acuerdo con otros testimonios rendidos por agentes estadunidenses que estuvieron presentes en los hechos, Caro Quintero brindó con una botella de champán y huyó en la aeronave con destino a Sudamérica.
El cuerpo de Camarena y del piloto Alfredo Zavala, quien conducía las aeronaves con los que se hacían los reconocimientos de plantíos de mariguana y amapola, fueron encontrados por un campesino el 6 de marzo de 1985 en el rancho de la familia Bravo, en Michoacán. Estaban envueltos en bolsas, con signos evidentes de tortura.
El crimen desató una de las persecuciones y de los juicios más largos en Estados Unidos, así como la Operación Leyenda, para esclarecer los hechos y castigar a los culpables. Hasta ahora, Rafael Caro Quintero se encuentra en México sin que se haya podido concretar su extradición desde su arresto en julio de 2022.
CHZ