Con un pequeño cilindro de gas lacrimógeno como única arma, una comerciante de 65 años ahuyentó a tres delincuentes que, armados con pistolas, intentaron cobrarle cuota en su negocio de abarrotes, en Escobedo.
Al momento de ser rociados con el gas pimienta, uno de los desconocidos realizó dos disparos al aire, dentro del local, para luego escapar despavoridos a bordo de un automóvil.
Los hechos fueron reportados momentos después de las 13:00 del viernes en la pequeña tienda denominada “Abarrotes Oviedo”, de las calles Mina y Allende, en la colonia Eulalio Villarreal.
La señora María Elena se encontraba sola en el inmueble cuando llegó un joven de unos 25 o 30 años, delgado de aproximadamente 1.70 de estatura.
El desconocido compró un jugo y salió tranquilo, pero luego regresó con otros dos sujetos, irrumpiendo violentamente y asegurándole a la señora que pertenecían a la delincuencia organizada.
Creyendo que hablaban con una persona indefensa, uno de los maleantes la amenazó con una pistola escuadra calibre .9 milímetros y le ordenó el pago de una cuota, con el fin de dejarla trabajar.
No había terminando de decir la imperante frase cuando la sexagenaria sacó un bote de gas lacrimógeno, con el que lo roció como si se tratara de insecticida.
Fue entonces que, cegado por el picante, el supuesto integrante del crimen organizado accionó una vez el arma de fuego hacia el aire, por lo que la comerciante se vio en la necesidad de aplicarle otra dosis.
Al verse superados por la indefensa mujer, los delincuentes no tuvieron otro remedio que salir corriendo, no sin antes efectuar otro disparo, sin que hubiera personas lesionadas.
Del negocio de abarrotes y sin conseguir su propósito, se alejaron a toda velocidad en un automóvil Chevrolet Malibú color azul, en el que enfilaron con rumbo a Monterrey.
El incidente motivó el despliegue de autoridades policiacas. Oficiales municipales visualizaron el auto sobre la calle Villa de Santiago, pero se les perdió.
Siguieron el rastro por medio de testigos, y averiguaron que el vehículo avanzó por las calles Loma Verde y De los Ruteros, hasta internarse en la zona de la colonia Fomerrey 35, ya en la capital del estado.
Personas allegadas a las indagatorias afirmaron que, durante los últimos años, Doña María Elena ha sido asaltada en su local por lo menos 10 veces.
Al sufrir los embates de los delincuentes cada tres o cuatro meses en promedio, la señora decidió por fin defenderse y darse a respetar por quienes intentan robarle.