Un juez federal sentenció a 297 años de prisión a Jesús Cárdenas Pérez, El Manos o El Chuy, quien participó en el secuestro de siete personas en Morelos, entre ellos Juan Francisco Sicilia Ortega, hijo del escritor Javier Sicilia, quien después fue asesinado junto con las demás víctimas.
La Fiscalía General de la República (FGR) lo acusó por los delitos de privación ilegal de la libertad en la modalidad de secuestro, delincuencia organizada, contra la salud en la modalidad de posesión con la finalidad de comercializar marihuana y clorhidrato de cocaína, así como portación de arma de fuego de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas.
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El 28 de marzo de 2011, en Jiutepec, Morelos, varios sicarios, entre ellos el hoy sentenciado, integrantes del Cártel del Pacífico del Sur (CPS) que encabezaba Héctor Beltrán Leyva El H, privaron de la libertad a siete jóvenes, entre ellos, a Juanelo, hijo del escritor.
El mismo día, en la colonia Villas del Descanso, también en Jiutepec, los delincuentes privaron de la vida a las víctimas, para posteriormente trasladarlas a un Fraccionamiento en Temixco de la entidad citada.
Tras el crimen, los miembros del grupo criminal culparon al Cártel del Golfo, pero las investigaciones que llevaron a cabo las entonces Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Seguridad Pública federal, demostraron que había sido el CPS.
Luego de diversos procedimientos el agente del Ministerio Público Federal ejerció acción penal contra Cárdenas Pérez, por lo que el juez impuso sentencia condenatoria de 297 años de prisión, y una multa equivalente a siete millones 273 mil 350 pesos seis centavos por los delitos antes mencionados.
Las víctimas
Juan Francisco Sicilia Ortega, Juanelo, y Julio César Romero Jaimes tenían 24 y 20 años de edad, respectivamente, eran estudiantes.
Jaime Gabriel Alejos Cadena, Gabo, con 25, se dedicaba a la venta de juguetes de colección de la serie de Star Wars.
Luis Antonio Romero Jaimes y Jesús Chávez Vázquez, ambos de 24 años, realizaban diversas actividades: el primero era empresario y estudio diseñó gráfico, y el segundo empleado de una constructora.
Fueron asesinados junto con Álvaro Jaimes Avelar -tío de Julio y Luis-, quien formó parte de las filas del Ejército hasta que tramitó su retiro y se dedicó a brindar protección a empresarios y compañías.
En estos sucesos también murió María del Socorro Estrada, originaria de Pilcaya, Guerrero, empleada de un hotel en el fraccionamiento Burgos, en Temixco.
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