El acoso, la violación y el abuso de menores por parte de sacerdotes en Sinaloa fueron revelados por sus víctimas, quienes durante años guardaron silencio y cargaron el peso de un secreto vergonzoso. Todo comenzó el pasado 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, cuando algunas jovencitas expusieron en redes sociales situaciones incómodas que habían experimentado con algunos sacerdotes y religiosos.
Como si fuera un confesionario, la red social del ave azul se volvió el depositario de las experiencias desagradables sobre pláticas subidas de tono con clérigos, acoso y hasta abusos. Así fue como se hizo viral el hashtag #YoTecreo en donde surgieron nuevas denuncias contra miembros de la iglesia hacia jóvenes, de diferentes municipios.
“Queremos protegernos y proteger a esas adolescentes que como nosotras en su momento sin darnos cuenta fuimos una víctima más”, justificaron las jóvenes en el hilo de Twitter donde expusieron a un joven religioso identificado como Cristian Emmanuel quien les habría hecho propuestas fuera de lugar de manera velada.
La inconformidad de las jóvenes es que ya habían presentado denuncias sobre este hecho y lo único que hicieron fue mandar al joven a terapia, pero no tardó en volver a la iglesia e incurrir en prácticas de acoso.
La avalancha de comentarios siguió creciendo y ello alentó al joven Wilfrido Sandoval Solano, a revivir su historia y desde su cuenta personal de Facebook, relató una presunta agresión sexual de la que fue víctima cuando tenía 16 años y formaba parte del grupo de jóvenes en la iglesia de Estación Bamoa, Guasave.
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El agresor del joven habría sido el padre Petronilo Tolentino Núñez y, según el joven, el acoso empezó cuando él le confesó que era gay y terminó en violación o agresión sexual luego de “emborracharlo” con tequila, acto que le cambio la vida, al grado de retirarse de la iglesia católica.
“En una de las ocasiones me mandó a comprar un tequila, fui, regresé, sirvió 2 vasos y me forzó en verdad a tomarme de una todo el vaso entero, lo cual yo derramé la mayoría, pero a mi corta edad de 16 años el alcohol me hizo mucho efecto, lo cual no supe de mí, fue un vaso de vidrio grande, eso fue un 21 de abril, por qué el día 22 me mandaría a Guasave al sistema DIF a llevar una gestión de dulces para el Día del niño, el punto es que esa noche del 21 de abril fui víctima de abuzo sexual por parte de este tipo, inmediatamente dejé de ir a la iglesia y todo mundo preguntaba el por qué me alejé así tan repentino” narró en un texto el joven.
Wilfrido confirmó a MILENIO que interpuso la denuncia penal ante la Fiscalía de Sinaloa la tarde del 14 de marzo y se abrió una carpeta de investigación bajo la carpeta 509/2023 por el delito de violación.
Cabe destacar que MILENIO acudió a la iglesia de Estación Bamoa, en búsqueda de la versión del padre acusado, sin embargo, la puerta de la iglesia estaba cerrada, al parecer, debido a que el sacerdotes se encuentra suspendido de sus labores por la Diócesis de Culiacán en cuanto se realicen la investigación correspondiente.
Tras la revelación de Wil, otros casos de víctimas que sufrieron diversas situaciones de índole sexual alrededor del sacerdote en el municipio de Guasave se destaparon, como el de un usuario de Twitter llamado Cleopatro, que abrió un hilo para relatar su experiencia de acoso con el mismo sacerdote cuando regresaban a Guasave de un seminario en otro municipio.
“Comenzó a sobarme la pierna subiendo a mi entrepierna, todo esto en cuestión de segundos, retire su mano y pedí que me bajara, lo hizo una segunda vez, le pegué un manotazo y pedí que me bajara, en ese momento estábamos por pasar frente a un motel que está pasando guasavito. A lo que el padre disminuye la velocidad y gira el volante, en ese momento me congelé, les juro que por un momento pensé "diablos seré parte de la estadística", me recorrió un frío por todo el cuerpo, la puerta tenía cerrojo desde el piloto, yo solo mire al padre y le dije que si me hacía algo todo el mundo se iba a enterar, total enderezó el carro por la internacional, ya no hablamos en todo el trayecto, me dejó bajar hasta que estuvimos en la entrada de mi pueblo, fue el trayecto más largo que he sentido en toda mi vida”
A raíz de este caso que rápidamente se dio a conocer en redes sociales, la Diócesis de Culiacán convocó a una rueda de prensa urgente el martes 14 de marzo en la que anunció que cinco sacerdotes de Sinaloa, habían sido separados de sus cargos para no entorpecer las investigaciones tras varias acusaciones de acoso sexual en su contra en agravio de menores de edad.
Ese mismo día, la diócesis presentó una denuncia de hechos, confirmó la Fiscal General del Estado Sara Bruna Quiñonez Estrada, con lo cual sumaron dos denuncias penales contra el padre Petronilo.
“La diócesis presentó una denuncia de hechos, estamos ahorita iniciando una investigación de la denuncia que presentó el representante legal de la Diócesis, también se recibió ya una denuncia a título personal que estamos integrando también… Es un número indeterminado, la Diócesis no nos dice nombres, ni dice cuántas personas, nada más nos hace del conocimiento de hechos, de rumores que han salido en los medios y la denuncia es en contra de una persona en particular, en contra de un sacerdote en particular” dijo.
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La noche del 15 de marzo, la Diócesis envió de nuevo una circular en la que confirma lo dicho por la Fiscal, mencionando se presentaron las denuncias de hechos ante la Fiscalía General del Estado, para que en el ejercicio de sus facultades, lleven a cabo la investigación correspondiente.
El gobernador de Sinaloa, Ruben Rocha Moya, también habló sobre este caso y llamó a las víctimas a denunciar, consideró positivo que inicien las investigaciones por parte de la Diócesis de Culiacán y dijo que se tiene que ir a fondo en cada uno de los casos.
“Yo apoyo eso que está haciendo la Diócesis, que tomó el asunto de frente y siguen ocurriendo denuncias, yo por ahí vi una denuncia de Guasave, no sé si esa ya le dieron curso, entonces está bien”, señaló.
Otra de las historias sobre abuso la expuso la usuario de Tik Tok @Triz.beltran2.0, quien dijo haber sido víctima de acoso entre el 2015 y 2017:
“Yo asistía mucho a grupos de jóvenes, me confesaba y así, fue en la Catedral de Culiacán Sinaloa, un día entre semana decido irme a confesar porque yo quería la sanación, total: voy llego, comienzo a contar mis pecados y así de la nada el padre me pregunta: ¿Has tenido relaciones sexuales?; me insistió mucho sobre el tema, llegó el momento en el que me sentí bastante presionada, recuerdo que le comenté a unas compañeras y hasta me dijeron: es que el padre ya está grande, mi historia fue algo light fueron sólo unos minutos pero hay personas que recibieron acoso por parte de sacerdotes”, expresó.
Además, otro joven que se identificó como un exseminarista de Guasave relató el “infierno” que vivió cuando tenía 15 años y conoció al sacerdote Antonio “N” quien presuntamente abusó sexualmente de él, cuando estaba asignado a la parroquia de Pericos, Sinaloa, durante el apostolado de Semana Santa, también por medio de un hilo de Twitter.
En su mensaje, cuenta que los seminaristas dormían juntos en un salón, pero como hacía muchísimo calor, un día decidieron que dormirían en la casa cural, y algunos dormirían en cuarto del “Padre Toñito”, él entre ellos, pero lo que lo seleccionaron para dormir en la cama junto al sacerdote.
“La primera noche que estaba ahí, yo estaba profundamente dormido, y desperté porque un dedo estaba tocando mis labios de arriba a abajo, mi corazón quería explotar, no sabía que hacer, ¿podía gritar? El cuarto estaba lleno, ¿podía huir?, el cuarto estaba lleno. Pero me quedé helado, me quedé en shock, y pude sentir como esa mano iba bajando de mi cara hacia abajo. Tomo mi mano y la puso sobre su pene. Me hizo tocarlo, me tocó a mí. El resto es historia. No pude dormir aquella noche”, comentó.
Al día siguiente del abuso, el seminarista cuenta que fue a la capilla y se encontró ahí al «Padre Toñito» desde lejos él lo miraba y entre lágrimas recordaba la noche de terror que había vivido
La segunda noche el abuso se repitió, para la tercera noche decidió dormir en el piso, y contar a su director espiritual todo lo sucedido. Pasaron los años y llegó el momento de saber si pasaría al Seminario Mayor, pero se lo negaron.
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Y es que el padre prefecto, Christian Pabel (mejor amigo del Padre Toñito) y el rector del seminario, en ese entonces el Padre León Galindo, fueron quienes recibieron la denuncia de lo sucedido y prefirieron dar de baja al seminarista.
En medio de este escenario, las autoridades eclesiásticas dieron su palabra de que habrá “tolerancia cero”, en caso de comprobarse dichas acusaciones y los acusados podrían ser dados de baja de sus cargos por la gravedad de sus actos, pero además tendrán que enfrentar la justicia del hombre.
HCM