A bordo de helicópteros artillados, personal de la Fuerza Aérea mexicana (FAM) y del Cuerpo de Reacción Inmediata del Ejército no da tregua a huachicoleros. Día y noche sobrevuela 11 ductos de Pemex con la misión de detectar, pero sobre todo disuadir, a las organizaciones delictivas dedicadas a robar combustible.
En esta inédita estrategia, los soldados del aire enfrentan a un enemigo peligroso que puede reaccionar violentamente en cualquier momento, no están exentos de riesgo.
Por eso, las aeronaves UH-60 y MI-17, que han despegado de la base aérea de Santa Lucía, Estado de México, están equipadas con ametralladoras.
Trasladan a militares de élite de los escuadrones 303 y 107 de la FAM, así como de fuerzas especiales que, armados, escudriñan el terreno, atentos a cualquier indicio de ordeña de hidrocarburo.
MILENIO acompañó a estos hombres en el patrullaje que llevaron a cabo en vuelo de formación, para recorrer 372 millas náuticas en una de las tres principales rutas de huachicoleo: el tramo Tula-Salamanca.
Antes de emprender el vuelo, Juan Bernardo Casarrubias, comandante de la nave UH-60, explica que el patrullaje aéreo se desplegará en la ruta Tula-Salamanca-Bajío-Salamanca-León-Tula-Santa Lucía. "La operación consiste en el empleo de medios aéreos de forma disuasiva a fin de reducir el robo de hidrocarburo a una altura segura para realizar el vuelo.
"Al detectar actividad ilícita en cualquier parte del ducto, se transmitirán las coordenadas y se guiará al personal terrestre al punto; de no ser necesario, se evitará descender o aterrizar (...)".
Los helicópteros se elevan y siguen la ruta trazada del ducto Tula-Salamanca, una de los más afectados junto con los de Tuxpan-Azcapotzalco y Tuxpan-Tula, patrullados por otros escuadrones y miembros de fuerzas especiales.
En el trayecto no hay indicios de robo de combustible; los ductos, al menos durante el recorrido, parecen estar intactos; las aeronaves sobrevuelan las refinerías de Tula y Salamanca, dos de las seis que hay en México.
Las aeronaves han cruzado los cielos del Estado de México, Hidalgo, Querétaro y Guanajuato, hacen una escala técnica, y después de unos minutos emprenden el regreso por la misma ruta.
Pilotos, copilotos, ingenieros de carga y de vuelo, artilleros izquierdo y derecho, además de miembros del Cuerpo de Reacción Inmediata participan en los operativos.
Desde el aire, el parte a sus compañeros de tierra es sin novedad. Durante el recorrido de más de cuatro horas no se detectó ilícito alguno.
La ordeña ocurre principalmente de noche, pero en esta ruta, para eso están los helicópteros Cougar y Black Hawk.