Los familiares de internos del Centro de Readaptación Social (Cereso) de León, mencionaron que depende del custodio, que se les permita el acceso al penal, pues de no estar de humor, ni la vestimenta del visitante es apropiada, ni los alimentos cumplen con la norma y no pueden ingresar con ellos.
“Es que a veces mucha comida no entra, pero nosotros tratamos de traer más o menos y a veces aunque sea lo que es: 'no, eso no'- les dicen- o a veces la ropa, a veces ni sabemos qué ropa, porque entramos alguna vez con esa ropa, volvemos a venir con la misma: 'no, es que no'- les dicen los custodios-”, relató Violeta N, quien visita a su hermano en los últimos ocho años.
Refirió que a las mujeres visitantes, les piden vestimenta que no sea clara y ni que se transparente, les prohíben escotes y sostén con varilla.
Ella menciona que para la revisión corporal hay dos áreas: una para hombres, otra para mujeres, las cuales dividen en cinco cubículos, en cada uno esta una mujer policía o un custodio, depende de quién se someta a supervisión.
Precisó que al principio es incómodo, pero con el tiempo se acostumbran, pues la revisión implica: “nos desvisten, me levanto la blusa, el brasier, me bajo el pantalón a media rodilla, me quito zapatos, me revisan pelo, que no tenga traiga aretes en la lengua, uñas y pestañas postizas”, dijo.
Una joven que por seguridad omitió su nombre, relató que acceder al Cereso tarda media hora; esto, de haber pocos visitantes, lo que generalmente ocurre entre semana, pues de ser sábado o domingo, la situación se complica.
“Pa' pasar si es rápido, una media hora, más el domingo, tardan un buen; paso aquí la primera puerta, luego allá donde dan los pases, el trámite, subes rampa y ahí esperas hasta que te pasen para revisar la comida, traes comida te meten una cuchara y después de la comida se forma a que la revisen a una; únicamente mujeres de la ropa, el pantalón; y ya pasa hacia dentro, una puerta, otra y otra y ya llegas”, señala.
Y es que precisamente en el filtro de revisión de comida, los custodios les piden abrir bolsas de plástico y los contenedores, en cuyo interior colocan una cuchara y revuelven los alimentos para cerciorarse de que no contengan alguna sustancia, envoltorio u objeto oculto.
“Pasamos la aduana a revisión de comisa, luego a revisión de la persona y luego a la reja para que nos dejen entrar a los locutorios”, dijo Mary N, quien ha visitado cada ocho días a su hijo en los últimos tres años, y se quejó de la tardanza, pues aunque pasen los filtros, dura de una a dos horas en ver a su hijo.
“Un día llegué a las ocho y salí casi a la una”, precisó la mujer, quien mencionó que las complicaciones para acceder es cuando hacen revisiones o certificaciones en el penal, tal y como ocurrió en julio del 2017, cuando a través de MILENIO se difundió que autoridades del Cereso prohibieron a los familiares de los internos, el ingreso de alimentos, ropa interior y cobijas; esto, al argumentar que se haría una certificación.
Las personas procesadas tienen derecho a dos días de visita entre semana, mientras que los sentenciados, pueden ser visitados diariamente; esto en locutorios; mientras que sábados y domingos, los internos tienen la oportunidad de interactuar con su familia.