Desorganización y desaliento marcaron el segundo día de búsqueda de personas desaparecidas en el sur de Tamaulipas. El martes empezó mal desde el principio.
Las unidades oficiales no se daban abasto para llevar a la gente que desde temprano había llegado a las oficinas de la Fiscalía Especializada en Atención a Personas no Localizadas o Privadas de su Libertad en Ciudad Madero.
La cita era a las nueve de la mañana en ese inmueble ubicado en calle Sarabia entre Sonora y República de Cuba. Así lo indicaba una invitación abierta al público en general para participar en la actividad que arrancó el lunes.
Para las 9:15 de la mañana aproximadamente treinta personas habían llegado con la esperanza de encontrar el rastro de algún familiar o mitigar el dolor de alguien más que no sabe si su ser querido está vivo o muerto.
Del otro lado de la acera, ya esperaban patrullas de Sedena, Policía Federal y unidades de la Comisión Estatal de Búsqueda, Fiscalía de Justicia, Comisión Nacional de Derechos Humanos y Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas (Codhet).
Quince minutos después, se pedía que las personas que ya habían ido el lunes al operativo, cedieran el espacio a las que apenas se iban a sumar, lo que generó desánimo.
A las 9:45 horas salió el convoy de 12 unidades de las diversas corporaciones e instituciones, atravesó la zona centro de la ciudad y se dirigió hacia la playa.
Un día antes, se había dicho que el martes tocaba la colindancia con El Moralillo en Tampico, luego que no, que la brecha El Chocolate de Altamira.
Los vehículos tomaron el corredor urbano hasta salir a la carretera Tampico-Mante, de donde se avanzó hasta llegar a Estación Cuauhtémoc, municipio de Altamira, para de ahí atravesar esa comunidad, las vías, y llegar a un ejido llamado Providencia y Naranjos.
A las 11:55, las camionetas se detuvieron frente a una escuela de tiempo completo de nombre Juventino Rosas.
A unos metros, una casa con una pequeña tienda en su interior, no se daba abasto ante la demanda de refresco, agua y papitas que habían ido a comprar los recién llegados.
Minutos después, se indicó que todos subieran a las unidades para tomar un retorno porque “a la vuelta” empezaría la labor. Pero lo que parecía estar a unos metros de distancia, se convirtió en volver a atravesar Estación Cuauhtémoc y regresar a la carretera.
Los vehículos se estacionaron a un costado de la cinta asfáltica, y las interrogantes fluyeron.
El comisionado estatal de búsqueda Jorge Macías se había apartado de la caravana, y su ausencia enfadó a las mujeres del colectivo Amigos y Familiares de Desaparecidos, que se sintieron abandonados a su suerte.
En ese momento decidieron marcharse, a lo que se sumó el representante regional de la Quinta Visitaduría de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Guillermo Gutiérrez Riestra, quien también lidera el colectivo.
“Solo perdimos el tiempo”
Con lágrimas en los ojos, madres y hermanas de desaparecidos, dijeron que este segundo día fue “una burla y una farsa” porque el comisionado de Búsqueda, Jorge Macías abandonó la misión sin ninguna explicación, cuando ni siquiera se había ubicado el punto de búsqueda de restos.
“No hay una buena organización, ni siquiera vehículos suficientes para transportar a la gente ni definen las áreas para buscar. Solo venimos a perder el tiempo, sentimos coraje y frustración”, expuso doña Rosa N. Norma N mencionó que para participar ellas cumplieron todo un protocolo y era injusto que la autoridad les saliera con esto.
Lupe N, otra de las mujeres, apuntó que el responsable de la logística ni siquiera avisó que se iba, solo argumentó que iba a buscar otra área, cuando debió traer el punto específico en que se iba a trabajar. María N llegó desde Ciudad Victoria el pasado domingo y solo vino a pasear, reprochó.
“Es un coraje, es una burla, nos dieron atole con el dedo”. Su hermana se perdió en el 2010. Rosa N venía de Matamoros y también se dijo lastimada.
“No traen gasolina, nos dan un punto y luego lo cambian sin notificarnos, ni la Policía Federal sabía lo que estaba pasando, el comisionado nos dejó a la deriva, uno anda buscando a sus hijos, nos arriesgamos y nos dejan solos”.
El representante de la CNDH, dijo que en Tamaulipas hay más de 8 mil cuerpos sin identificar en fosas comunes y deberían empezar por ahí. Sin embargo, solo han exhumado 280 e identificado 30, porque falta voluntad de las autoridades, afirmó.
ELGH