Supuesta autodefensa mantiene sitiada ciudad en Tamaulipas

Pobladores del ejido de Buenavista asegura que la Columna Armada Pedro José Méndez es un brazo del cártel del Golfo.

El grupo está acusado de pertenecer al crimen organizado.
Tamaulipas /

El miedo te quita el nombre y piden omitirlo de esta narración. Eres una de las mujeres, niños y hombres que desde el 8 de julio están sitiados en el ejido Buenavista, municipio de Hidalgo, en Tamaulipas, por la Columna Armada Pedro José Méndez.

En este municipio viven familias que, aseguran, no pueden salir de sus tierras, que no reciben atención médica, que balean sus casas y que para conseguir víveres, lo hacen escoltados por autoridades. Son las mujeres las encargadas de ir a conseguir la comida.


La Columna apareció en Tamaulipas hace 10 años con el argumento de enfrentar a los Zetas, pero ahora son señalados por autoridades estatales de ser un grupo del crimen organizado. Existen denuncias en su contra por extorsión, homicidio, despojo de tierras y daños en propiedad privada.

Desde febrero de 2018, un juez federal libró una orden de aprehensión contra miembros de la Columna, como Octavio Leal Moncada, Cesareo Leal, Eloy Flores y Juan Carlos Rivera. Se les vincula con delincuencia organizada en su modalidad de acopio y tráfico de armas. 

“Estamos sitiados por la Columna General Pedro José Méndez, brazo armado del cártel del Golfo, aunque se dicen autodefensas”, reitera la mujer en tono desesperado.

El grupo surgió en el municipio de Hidalgo, que por su ubicación es zona de tráfico de personas y estupefacientes. Se ha expandido y controla los municipios de Villagrán, San Carlos, San Nicolás y Padilla.

He estado en contacto por semanas con la mujer, quien envió hasta mi WhatsApp videos de homicidios, balaceras de día y de noche y de los intentos por pedir ayuda a las autoridades.

En uno se ve cómo un grupo de mujeres increpan a la policía, exigiendo, rogando por protección. Les piden que las escolten para ir por víveres porque el grupo armado las agrede. Él las escucha desde su patrulla. 

"Tenemos dos semanas pidiendo apoyo para traer comida", dice una de las mujeres.

El uniformado pide que hagan un reporte oficial. “Para ampararme, porque si les pasa algo a ustedes me van a decir: ‘y tú, por qué estabas ahí’”.

Las mujeres insisten, tratan de convencerlo de darles protección para ir al mercado.

—¿Por qué no jalan a puras mujeres en la camioneta? —sugiere alguien.

—La otra vez tiraron un balazo cuando íbamos allá abajo. Han echado tachuelas, advierte otra de las mujeres.

En tanto, los responsables de seguridad en Tamaulipas y a nivel federal, sólo guardan silencio.

RLO

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