Entre lágrimas y reclamos de justicia, madre entierra a sus dos hijos, fueron asesinados en Tonalá

La mujer recordó en voz alto que sus hijos eran devotos de la virgen de Guadalupe. Cada 12 de diciembre danzaban, y hoy en su funeral sus amigos danzaron para honrar su memoria.

Los cuerpos de los hermanos fueron sepultados en un panteón del centro de Tonalá. (Jorge Martínez)
Jorge Martínez
Guadalajara /

Elizabeth es madre de Luis y Ángel, ambos murieron el sábado pasado en junto a otras nueve personas luego de ser acribillados en la colonia La Jauja, en Tonalá, pidió justicia y rompió en llanto mientras se llevaba a cabo el sepelio de ambos.

Los cuerpos de los hermanos fueron sepultados en un panteón del centro de Tonalá. Sus restos fueron depositados en dos gavetas, en féretros de madera color café.


Por la pandemia de coronavirus sólo se permitió el acceso al campo santo de veinte personas: los familiares más cercanos. Tras ser bajados de dos carrozas, los ataúdes fueron colocados en un montacargas color verde.

Primero fue enterrado el cuerpo de Luis, instantes después el de Ángel, Elizabeth estaba parada frente a las gavetas, era la última vez que vería a sus hijos, por eso rompió en llanto.

Elizabeth encontró consuelo en los brazos de su madre, quien tampoco paraba de llorar. Por una rendija del cancel que resguarda el perímetro del panteón, familiares de ambos jóvenes veían el sepelio.

“A la bio, a la bao, a la bim bom bam Luis, Ángel rra rra rra”, rompió el silencio sepulcral, algunos traían entre manos globos blancos en señal de paz.

Una mujer comenzó a gritar, a pedir justicia, entre la multitud se rumoraba ‘maldito gobierno’. Elizabeth soltó tres globos rojos en forma de corazón inflados con helio, rápidamente se elevaron por los aires.

Nuevamente el silencio se apoderó del ambiente. El albañil colocó uno a uno los ladrillos en la primera gaveta, en menos de diez minutos el ataúd se cubrió por completo, después siguió con el segundo.

Cuatro coronas y un puñado de flores fueron dejadas sobre las gavetas. El sepelio finalizó, Elizabeth abandonó el panteón en brazos de su madre.

La mujer recordó en voz alto que sus hijos eran devotos de la virgen de Guadalupe. Cada 12 de diciembre danzaban,  y hoy en su funeral sus amigos danzaron para honrar su memoria.

Tras la muerte de sus hijos, Elizabeth vive otra angustia, quién sacará adelante a sus nietas.

El día del atentado, Elizabeth escribió en su muro de Facebook el siguiente mensaje: “solo Dios sabe por qué pasan las cosas. Tengo el corazón hecho pedazos, me mataron a mis dos hijos y me dejaron un inmenso dolor en el alma, siempre los recordare con amor mis niños mis campeones mis angelitos del cielo”, decía el mensaje.

​MC

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