Una mujer llora desconsolada al pie de los féretros donde descansan los restos de su esposo de 35 años y su hijo de 14 asesinados por el grupo criminal Los Ardillos, en Guerrero.
La mujer se sostiene como puede del ataúd mientras lanza un grito desgarrador, porque no sólo entierra a su esposo y su hijo, sino que también busca a otro hijo, Leandro 'N', de 14 años, quien también fue privado de la libertad por Los Ardillos.
“Lo que quiero es que nos sigan ayudando a que me encuentre el otro, por lo menos digo, ya los otros ya les dimos cristiana sepultura pero me falta el otro, y es lo único que les pido”, dijo la madre del joven, quién pidió que su nombre no fuera revelado.
Es el funeral masivo de 11 víctimas de 16 que fueron secuestradas el 22 de octubre, y cuyos cadáveres fueron localizados en una camioneta abandonada la madrugada del 6 de noviembre en Chilpancingo, Guerrero.
Los féretros de todas las víctimas fueron colocados en mesas de madera en el patio de tierra de una humilde vivienda de la comunidad de Chautipan, municipio de Chilpancingo, de donde eran originarios los asesinados y desaparecidos.
La imagen de la mujer desgarrada por el dolor se repite a unos metros, donde está una joven delgada, morena, que usa una falda larga y roja, que también se aferra al ataúd de su hermano de 14 años.
Este adolescente fue identificado como Ángel BarreraM 'N', quién aparece en un video divulgado por los criminales en X, donde fue obligado a decir que su familia trabajaba para el crimen organizado.
Los asesinos no tuvieron piedad de él. A decir de su hermana, quien pidió mantener su identidad en anonimato por temor, en entrevista con MILENIO, el joven fue torturado.
“Fue bien golpeado. Cuando yo me metí a verlo en el Semefo, su rostro por eso lo conocí. El grupo criminal tortutó a mi hermano”, sentenció la entrevistada.
La familia de Ángel sufre un doble duelo, pues tres de sus hermanos: Ismael, Marco Antonio y Jaime 'N' están desaparecidos.
“Yo lo único que quiero es que aparezcan mis tres hermanos, Marco Antonio tiene a sus niños y Javier tiene a sus niños. Marco tiene tres y Javier tiene uno”, agregó la hermana.
Durante todo el funeral, que duró poco menos de 24 horas, los ataúdes permanecieron cerrados porque ver a las víctimas causaría un impacto mayor entre sus seres queridos, por el nivel de violencia que sufrieron.
La madre de uno de los fallecidos narró que la funeraria que fue contratada para el sepelio recibió amenazas del crimen organizado para no brindar el servicio, pero los trabajadores, pese al miedo, auxiliaron a las familias.
Esta terrible historia que enluta a una nueva familia de Guerrero, comenzó el 22 de octubre, cuando tres hombres y tres menores de edad salieron de Chautipan a la comunidad del Epazote, municipio de Chilapa, para vender trastes.
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Para el día 26, sus familias al no tener información de ellos, acudieron también al Epazote a buscarlos, y también desaparecieron.
Las víctimas fueron identificadas cómo:
- Héctor Santos 'N'
- Diego Alonso 'N'
- Raymundo'N'
- Mario 'N'
- Leandro Giovanni 'N'
- Clara Francisco 'N'
- Jaime Cayetano 'N'
- Ángel 'N'
- Pedro Ismael 'N'
- José Francisco 'N'
- Inés 'N'
- Abraham Reyes 'N'
- Francisco Antonio 'N'
- Alfonso Francisco 'N'
- Flor Itulia 'N'
- Francisco 'N'
Hasta el momento se han encontrado sin vida a 11 personas y cinco más siguen en calidad de desaparecidas.
"Dios mío ayúdanos a recordar que somos seres humanos y que no merecemos ser tratados de esta manera inhumana. Nosotros somos campesinos humildes que luchamos todos los días para conseguir el pan para nuestra mesa y que coman nuestras familias no le hacemos mal a nadie”, exclamó un familiar.