Ana Ortiz, abogada de profesión, acudió el 24 de abril a las oficinas del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México. Al ingresar tomó su turno para ser atendida en el área de la Oficialía de Partes a realizar un trámite. Aunque ya le habían asignado la ficha B101, y pese a que llevaba cerca de 20 minutos esperando a ser atendida, fue al sanitario y resultó que éste era para uso exclusivo del personal, por lo que fue sacada del lugar por haber entrado a dicho sanitario.
La mujer es donadora de riñón desde hace 15 años y por recomendación médica, dice, no es bueno para su sistema esperar mucho en ir al baño. En entrevista con MILENIO, la mujer platicó que esa tarde incluso fue retirada por elementos de la Policía Auxiliar de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Ese día fue a un baño, pero estaba cerrado y cuando estaba por irse vio que una mujer salió del mismo, no obstante, dicha persona jaló la puerta para impedir que Ana Ortiz entrara, pero ella logró ingresar, pero le apagó la luz, la insultó y le cerró la puerta.
Un vez que se lavó las manos y se disponía a salir del sanitario se acercó un hombre con traje, quien no se identificó, y le dijo que la iban a sacar del inmueble. Tal individuo, supo después, era Eduardo Guerrero Bravo, subdirector de Oficialía de Partes del Tribunal Superior de Justicia, ubicado en Avenida Niños Héroes No. 150 primer nivel, colonia Doctores, alcaldía Cuauhtémoc.
"Vi que el baño estaba cerrado con llave y estaba a punto de preguntar quién me podía prestar la llave o cómo podía usarlo cuando me percaté que una persona salió del baño de mujeres, vi la oportunidad y corrí al baño. Obviamente al parecer no le gustó a muchas personas y me fueron a acusar con el subdirector del área de la Oficialía de Partes" , contó.
La abogada optó por grabar los hechos y ante ello le indicó que se retirara del edificio, lo que le causó extrañeza tal comentario emitido por el servidor público tras ver que Ana Ortiz entró a un baño referido como exclusivo para los trabajadores del lugar.
"Me pareció una situación de desigualdad, de deshumanidad, es una necesidad básica el tema del sanitario (...) la señora que salió me señaló que era un baño exclusivo", manifestó la abogada.
Posteriormente al menos siete elementos que custodian el edificio llegaron. Un hombre que se identificó como jefe de seguridad le dijo que a "petición de parte le voy a pedir que se retire del lugar".
Cuando ella le preguntó cuál era el motivo para que ella se fuera, el jefe de seguridad sólo le insistía que "a petición de parte"y que había una persona que señalaba que Ana Ortiz "la agredió", pero al preguntar qué persona la denunció, el elemento sólo dijo que era una abogada, de quién el personal de seguridad no sabía el nombre.
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Incluso recuerda que le comentaron que sería remitida al Ministerio Público y ella accedió a acompañar a los policías, pues la mujer aseguró que sólo había entrado al baño y nunca agredió a nadie.
Pero antes de supuestamente ser remitida, les dijo a lo oficiales que si le permitían terminar con su trámite, sin embargo, el mismo hombre con traje le instruyó a un empleado que no la atendiera.
"El operador de la ventanilla nueve me indica que no me puede atender y en ese momento lo llama el subdirector para decirle que no me ingrese nada. Me niegan el servicio público (...) con la cabeza le dijo que no", recuerda.
Queja ante Derechos Humanos
Ante los hechos ocurridos, Ana Ortiz presentó una queja ante la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México en la que le indicaron que tendría una respuesta de la misma.
En el documento, la abogada refirió que le hicieron abandonar las instalaciones argumentando que el sanitario es de uso “exclusivo del personal adscrito a la Dirección de oficialía de partes común civil, cuantía menor, oralidad, familiar y sección salas”.
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