La Procuraduría General de Justicia capitalina informó que la situación del colegio Enrique Rébsamen, en el que murieron 26 personas durante el sismo del 19 de septiembre, pone en riesgo a viviendas vecinas pero no afecta las pruebas de la investigación iniciada por los fallecimientos.
"Dictámenes recién concluidos de peritos estructuristas y de protección civil determinaron que el estado físico en que se encuentra una parte del inmueble implica riesgo para las viviendas colindantes y la seguridad de sus ocupantes, por lo que se recomienda su demolición", explicó la dependencia en un comunicado.
Anoche los padres de los menores que murieron entre los escombros del colegio convocaron a la ciudadanía a acudir a un plantón frente al inmueble para evitar que se derrumbara y se pusiera en riesgo la indagatoria.
"En atención a las reglas procesales, la PGJ convocó a los padres de familia de las víctimas fallecidas en ese lugar e hizo valer el debido proceso a la defensa de las personas conducidas a proceso para que verificaran los trabajos desde el inicio hasta la culminación", detalló la dependencia en un comunicado.
Enfatizó que "el proceso de demolición no afecta de forma alguna el acervo probatorio incorporado a la carpeta de investigación iniciada por esta institución para deslindar responsabilidades, el cual se encuentra resguardado en la bodega de evidencias de la Procuraduría para presentarlo ante el juez de control en el momento que sea conducente".
Los deudos de las víctimas se reunieron esta tarde con personal de la PGJ para recibir información detallada de la situación del inmueble y la necesidad de realizar la demolición del colegio.
nerc