Víctimas indirectas: hijas y hermanas. Desaparición de Sandra Pérez en Hidalgo

MUJERES QUE LUCHAN

Sandra no desapareció, a Sandra la quisieron desaparecer, pero su presencia aún persiste en los rincones de Ixmiquilpan, en cada mañana cuando su familia despierta y la vuelve a buscar

Hermanas de Sandra Pérez siguen su búsqueda a casi un año de su desaparición en Ixmiquilpan. (Milenio Digital)
Melisa Agüero
Pachuca /

Cada quien libra sus propias batallas, algunos luchan por los derechos sociales y otras personas deben luchar peleas internas. Las familias que desconocen el paradero de una madre, una hija o una hermana, luchan contra la incertidumbre, contra un Estado fallido, contra una sociedad indiferente y sobre todo, contra sus propios miedos.

Sandra no desapareció, a Sandra la quisieron desaparecer, pero su presencia aún persiste en los rincones de Ixmiquilpan, en cada mañana cuando su familia despierta y la vuelve a buscar. Su rostro reaparece en cada marcha para exigir justicia, y así decenas de personas la buscan incansablemente, aun sin conocerla, por las calles de México.


De Sandra Pérez Martínez no se sabe nada desde el 15 de diciembre de 2019. Los últimos datos de su paradero datan de la pelea que sostuvo ese sábado por la noche con quien era su pareja, E.N.R. y con quien compartía una casa en el barrio de Los Nogales de Ixmiquilpan, Hidalgo, discusión que terminó en la calle y fue la última vez que los vecinos escucharon su voz, nadie la auxilió, tampoco quisieron atestiguar ante el Ministerio Público.

“En el momento, los primeros días, todos los vecinos dijeron que no habían visto nada, que no habían escuchado nada; conforme fueron pasando los meses comenzaron a hablar de que sí se habían escuchado gritos, que salieron a discutir en la calle, que él le pegó, pero ninguno de los vecinos quiso ir a declarar, que era meterse en problemas, que ese señor era muy agresivo”, cuenta una de las hermanas de Sandra.

Desde que ella no está hay seis mujeres buscándola: sus tres hijas, sus hermanas y su madre. A ellas se sumó la ciudadanía en una marcha organizada una semana después de no tener indicios de su ubicación, ésta les sirvió para ser atendidos por funcionarios del Gobierno del Estado de Hidalgo, quienes prometieron atender el caso, pero tras el paso de casi un año, la línea sigue la búsqueda de Sandra sin tocar a la única persona señalada de su desaparición, aun a pesar de que él sería el último recurso que podría señalar su paradero.


¿Cómo sobrevivir una desaparición sin el apoyo del Estado?

Tras semanas sin respuesta, la familia de Sandra recibió ayuda de la Comisión de Búsqueda de Personas del Estado de México, la cual llegó a Ixmiquilpan para apoyar el proceso. En ese momento sintieron un alivio, la buscaron por tierra y por río, pero después de que la instancia mexiquense no recibiera colaboración alguna de su homóloga en Hidalgo, abandonó el caso.

Durante este periodo la familia descubrió que no solo la investigación realizada por la Procuraduría de Hidalgo tenía deficiencias, sino que habían omitido su derecho a recibir atención psicológica, entre otros servicios que sirven para que las familias puedan llevar el proceso de manera más digerible, tal como la Ley General de Víctimas lo establece en su artículo noveno: “dar información, orientación y acompañamiento jurídico y psicosocial a las víctimas, con el objeto de facilitar su acceso a los derechos a la verdad, a la justicia y a la reparación integral, cualificando el ejercicio de los mismos”.

“Después como de tres meses (de iniciar la carpeta de investigación) hasta que vinieron los de Búsqueda de Personas del Estado de México les dijeron (a las autoridades de Hidalgo): ‘bueno, ¿ya le informaste a los familiares que pueden contar con apoyo psicológico?’ y todos se quedaron callados y respondieron que no y entonces ahí se empezaron a acercar todos a decirnos ‘si tú gustas te podemos canalizar con la psicóloga’ y no sé qué, pero a lo mejor ya en ese momento ya era el coraje de que ellos no hacían nada, de que el fiscal no hacía el trabajo como debía de ser, así que lo último que queríamos era tener contacto con ellos y por eso en su momento no lo aceptamos”, recuerda la hermana de Sandra.

Víctimas indirectas de la desaparición

Sandra Pérez tiene tres hijas, quienes nacieron durante su primer matrimonio. Dos de ellas aún no cumplen la mayoría de edad, pero aunque desde 2013 en México se publicó la Ley General de Víctimas –de la cual se derivan disposiciones para atender tanto a víctimas directas como indirectas en este tipo de casos– el Estado no las ha protegido a pesar de la ausencia de su madre y el reciente fallecimiento de su padre hace no más de tres meses. La mayor parte de este documento ha quedado en letra muerta durante el caso de Sandra.

“Durante la pandemia no hicieron nada (…) es una impotencia, es triste, se juntan muchos sentimientos, más por mi sobrina la chiquita, porque ella pregunta ‘oye, ¿ya saben algo de mi mamá?’ (…) desgraciadamente después falleció el papá de mis sobrinas hace como tres meses, y mira, ni siquiera podemos demostrar la impotencia, el dolor, el coraje ni ante mi mamá ni ante mis sobrinas, o sea, nosotras (hermanas de Sandra) tenemos que actuar normal porque mi mamá está enferma, no podemos angustiarla mucho, y si mi mamá nos llega a ver mal, pues ella se pone mal. Mis sobrinas el hecho de no saber nada de la mamá, de que perdieron al papá, pues menos podemos darnos ese lujo de que nos vean mal”.


Ensueño

Los primeros meses sí la soñaba muchísimo, diario yo creo. Hace poco nos enteramos que un socio de él, del trabajo, tiene máquina para destazar a los animales y a raíz de eso sí he tenido, la verdad, pesadillas, o sea, he soñado a mi hermana en pedazos. Anteriormente, la soñaba como un sueño normal, que llegaba a la casa, que la veía, la abrazaba, que le preguntaba dónde había estado, pero nunca me contestaba, nunca hablaba, pero últimamente sí la he soñado, pues, muerta; entonces son días que despierto en la madrugada y ya no puedo volver a dormir, y mi hermana está igual”, intenta articular la hermana de Sandra en un intento por no quebrarse en llanto.

Según la Ley General de Víctimas, las entidades federativas deberán otorgar, con cargo a sus Recursos de Ayuda que corresponda, medidas de ayuda provisional, ayuda, asistencia, atención y rehabilitación que requiera la víctima para garantizar que supere las condiciones de necesidad que tengan relación directa con el hecho victimizante; sin embargo Hidalgo ha abandonado en este rubro a la familia Pérez y su estado anímico a casi un año del incidente se ve comprometido.

“Hay días que ya es en la noche cuando nos desahogamos, cuando ya nadie nos ve, en momentos cuando estamos solas, pero ante todo mundo tratamos de actuar lo más normal posible. Mi hermana tiene su familia, yo tengo mi familia, tenemos un trabajo. Y a veces es más el coraje (…) de que tenemos que perder un día para ir hasta Pachuca para ver si avanzaron. Ahorita nos hicieron perdidizas dos declaraciones de una testigo que fue aquí a Ixmiquilpan y no está en la carpeta, es una persona que fue a declarar cuando vio a E.N. aquí en Ixmiquilpan, o sea, él sigue viniendo aquí a Ixmiquilpan por lo menos una vez al mes”.


¿Hechos aislados? Hidalgo ya tiene muchos

“No nos hemos acercado a otras familias, cuando íbamos a marchas, cuando pasó los de Pachuca (marcha del 8M), el escuchar a otras familias decir lo mismo que nosotros hemos pasado, que las autoridades no hacen nada, que no investigan, que todo lo hace la familia y dijimos ‘pues es lo mismo que nosotros’ (…) entiendo perfectamente lo que están pasando, que el hecho de tener una persona desaparecida y no saber dónde está y el no saber qué le pasó es horrible, que no cualquiera lo va a entender, que se ha visto mucho en los comentarios, no sé, en las marchas que luego se hacen, hay muchos comentarios de mucha gente que no lo entiende, y uno no puede desearle a la gente ‘pues ojalá que pase para que me entiendas’, porque pues no, es horrible, es un dolor muy feo y toda esa gente que está pasando por algo similar que nosotros, por una desaparición, le digo que entiendo perfectamente el dolor, pero que no hay que dejarnos vencer, que no hay que dejar de buscar, no hay que dejar de luchar, que no hay dejar de insistir hasta tengamos un resultado positivo”.

Ley General de Víctimas

El artículo 9 de la Ley General de Víctimas expresa que se entiende por asistencia el conjunto integrado de mecanismos, procedimientos, programas, medidas y recursos de orden político, económico, social, cultural, entre otros, a cargo del Estado, orientado a restablecer la vigencia efectiva de los derechos de las víctimas, brindarles condiciones para llevar una vida digna y garantizar su incorporación a la vida social, económica y política. Entre estas medidas, las víctimas contarán con asistencia médica especializada incluyendo la psiquiátrica, psicológica, traumatológica y tanatológica.



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