El ex presidiario que presuntamente asesinó a balazos a una abogada la semana pasada en San Nicolás, quedó vinculado a proceso y recluido en el penal de Cadereyta bajo acusaciones de homicidio calificado.
Aunque el Ministerio Público trató de imputarlo por el delito de feminicidio, el juez consideró que no se reunían los elementos suficientes para determinar que se trató de un ilícito de ese tipo.
Se trata de Alberto, de 44 años, habitante del centro de Monterrey, quien es acusado de la muerte violenta de la litigante Irasema Jazmín Díaz Gutiérrez, de 50 años.
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El juez determinó un plazo de cuatro meses para el cierre de la carpeta complementaria, que vence el próximo 17 de enero, pese a que el fiscal investigador y la defensa coincidieron al solicitar seis meses.
No se concedió el auto de vinculación por el delito de feminicidio, pues el juzgador consideró que no existen datos de amenazas o agresiones previas, además de que el solo hecho que dejó a la víctima en la vía pública no es atendible a una situación de quererla dejar expuesta, pues de haber sido así, la hubiera bajado de la camioneta.
El crimen de la abogada fue cometido poco después del mediodía del pasado 10 de septiembre en las calles De la Justicia y De la Cultura, en la colonia Las Alamedas, en San Nicolás.
La víctima se encontraba al volante de su camioneta marca Mercedes Benz, tras salir de una pequeña tienda de abarrotes, cuando de pronto fue atacada a balazos presuntamente por el ahora vinculado.
Antes de que iniciara la marcha, el sujeto se le acercó por la ventanilla delantera izquierda y le disparó a corta distancia con una pistola calibre 9 milímetros.
Después de causarle la muerte, el supuesto delincuente escapó corriendo, pero a unos 100 metros de allí, a escasos segundos del reporte de las detonaciones, fue visto por oficiales de la Policía Municipal.
Los policías lograron detenerlo en flagrante delito después de que arrojó el arma de fuego en una jardinera.
Trascendió que, menos de tres meses antes, Alberto salió de un penal de Jalisco, donde estuvo recluido durante varios años, acusado de delincuencia organizada.
La ahora occisa lo defendió y consiguió que lo liberaran, pero reaccionó violentamente contra ella al enterarse de que representaba a integrantes de un grupo rival.