El sujeto que presuntamente raptó, ultrajó y asesinó a una menor de 11 años en el municipio de Cerralvo fue vinculado a proceso por el delito de feminicidio, y se encuentra ya recluido en una prisión estatal.
Dentro de las investigaciones se estableció que la niña falleció a causa de heridas punzocortantes en diversas partes del cuerpo, además de que fue víctima de golpes.
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Marco Antonio N., de 24 años, enfrenta medida cautelar de prisión preventiva, y el juez fijó plazo de tres meses para el cierre de la investigación complementaria.
La Fiscalía de Feminicidios encontró evidencias que incriminan al joven, quien radica en el municipio de Agualeguas y fue entregado por su abuelo la madrugada del viernes.
Sin permiso, él tomó el vehículo Dodge Stratus blanco propiedad del abuelo, y se desplazó a Cerralvo, donde la tarde del jueves privó de la libertad a la niña cuando ella caminaba por la calle Hidalgo.
La llevó a un inmueble de la misma localidad, donde cometió el ilícito y, tras privarla de la vida, trasladó el cuerpo hasta las afueras de Agualeguas, a unos 30 kilómetros, dejándolo en la orilla de la carretera al centro recreativo municipal "Los Nogales".
Al saber que lo buscaba la policía, el abuelo lo entregó la madrugada del domingo y, tras ser interrogado, Antonio dio la ubicación del lugar donde abandonó el cadáver.
Dan último adiós a menor
Familiares y amigos dieron el último adiós a la niña de 11 años que fue raptada y asesinada por un desconocido en el municipio de Cerralvo, Nuevo León, hechos que consternaron a toda la comunidad.
Tras recibir el cuerpo de la pequeña, su familia comenzó con los servicios funerarios desde la noche del sábado en las capillas San Martín y realizaron una misa en su honor.
Por otra parte, este lunes, familiares, vecinos y amigos cercanos de los padres de la menor le dieron el último adiós a la niña, quienes realizaron un cortejo fúnebre que recorrió la escuela y otros lugares que solía visitar la pequeña.
Luego de este recorrido llevarán los restos de la menor al panteón municipal para darle cristiana sepultura.
Los padres de la niña, originarios de San Luis Potosí, mencionaron que llegaron a Monterrey para buscar una mejor vida, sin pensar que serían víctimas de una tragedia como la que sucedió con su pequeña hija.
mrg