Un Tribunal Federal rechazó amparar al líder del cártel de Los Zetas, Óscar Omar Treviño Morales, El Z42, quien buscaba que las autoridades penitenciarias lo regresaran al penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México.
Omar Treviño, quien es señalado por las autoridades federales de estar detrás del incendio en el Casino Royale que dejó 52 muertos, en Monterrey, Nuevo León, y por las fosas clandestinas localizadas en San Fernando, Tamaulipas, impugnó su traslado al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 11, en Sonora.
El Primer Tribunal Colegiado del Décimo Noveno Circuito confirmó por unanimidad la resolución del Segundo Tribunal Unitario con residencia en Tamaulipas, el cual negó la protección de la justicia al quejoso.
El magistrado del Tribunal Unitario consideró que, de ordenar el retorno de El Z42 a la prisión del Altiplano, “se pondría en riesgo la seguridad no solo del inculpado, sino del resto de la población y personal penitenciarios”.
Treviño Morales también reclamó que no fue notificado de manera previa que iba a ser llevado a otra prisión, lo cual tuvo que ser informado al juez que tiene en sus manos el proceso, juzgador que fue enterado un mes después de haber ocurrido el cambio.
- Te recomendamos Trece policías municipales de San Fernando cumplen 11 años sin sentencia Estados
Sin embargo, el magistrado del Tribunal Unitario señaló que la Ley Nacional de Ejecución Penal no sanciona la omisión de notificar el traslado.
Oscar Omar fue detenido en marzo de 2015 durante un operativo que realizaron las Fuerzas Federales en San Pedro Garza García, Nuevo León. Su captura se logró por el seguimiento a su operador financiero Carlos Arturo Jiménez Encinas, El Plátano.
La detención representó uno de los golpes más importantes contra el crimen organizado en el pasado sexenio, porque es considerado uno de los delincuentes más “despiadados” y “sanguinarios” que ha operado en el país.
Según funcionarios estadunidenses, El Z42 presumía haber matado a más de mil personas. El cártel que encabezó se dedicó al tráfico de drogas, secuestro, extorsión, robo de hidrocarburos, tráfico de personas y de armas, actividades ilícitas que se expandieron en algunos países de Centroamérica, como Guatemala y Honduras.
Según las indagatorias, Óscar Omar se inició en actividades delictivas bajo la tutela de su hermano Miguel Ángel Treviño, El Z40.
Nuestro país ofrecía una recompensa de 30 millones de pesos por información que condujera a su captura, mientras que el gobierno estadunidense otorgaba cinco millones de dólares.
También se le adjudica el homicidio del General Ricardo César Niño Villarreal, quien se desempeñaba como coordinador de la Policía Estatal Acreditable en Nuevo Laredo, Tamaulipas.