Solo el 11 por ciento del presupuesto para 2023 será destinado a la atención de niños, niñas y adolescentes, inversión que no ha aumentado significativamente desde hace 10 años, pese a la inflación y el incremento de violencia que obliga a priorizar la atención en materia de seguridad, salud mental y educación, en este sector que representa un tercio de la población mexicana, de acuerdo con el Informe Peso por Peso de la organización World Vision México.
En 2012, los recursos para el anexo 18, destinado a la atención de niños, niñas y adolescentes, representaron el 15 por ciento del gasto federal, y aunque el presupuesto para el Paquete Económico ha ido en aumento, el recurso para las infancias, no solo se redujo 4 puntos porcentuales en la última década, sino que, de este dinero, solo el .04 por ciento será para atender problemas de violencia en el próximo año.
En contraste, durante este mismo periodo (2012 -2022), el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública registró 11 mil 387 homicidios y 90 mil 604 lesiones cometidas contra menores de edad, asimismo se registraron 645 feminicidios de niñas y adolescentes, mil 911 casos de trata de menores y, de 2015 a la fecha, la Secretaría de Gobernación contabilizó 10 mil 772 desapariciones de personas entre 0 y 17 años de edad.
De acuerdo con el Inegi, durante 2021 el homicidio se posicionó como la primera causa de muerte en población adolescente y juvenil (15 a 34 años de edad), mientras que en infancias de 5 a 9 años ocupó el quinto lugar y el cuarto en población entre 10 y 14 años.
“No es casualidad que hoy estemos recibiendo un México con un mayor índice de violencia, con un mayor índice de homicidios, con un mayor índice de retos en temas de salud en jóvenes y niños, cuando llevamos invirtiendo el mismo presupuesto desde hace 10 años sin considerar temas de inflación y temas de covid”, aseveró en entrevista con MILENIO, Miguel Laporta, director nacional de World Visión.
Si bien el mayor presupuesto de la infancia y adolescencia se destinó a la educación, el informe refiere que casi el 80 por ciento se va a nómina docente y reparación de infraestructura, lo cual no atiende problemáticas de raíz como bullying, deserción escolar, inclusión, o prevención del trabajo infantil, aun cuando el Inegi reveló en 2020 que a raíz de la pandemia, el 46.3 por ciento de niñas y adolescentes cambiaron su papel de estudiantes para realizar labores del hogar.
“No confundamos educación con niñez, no confundamos educación con violencia… y si bien la escuela ha sido un espacio de protección para la infancia, no mitiga el resto de las necesidades, ni hace que el resto de los espacios sean menos violentos, ni los contextos más sanos para el desarrollo de las personas”, agregó Laporta.
Desde que se agregó el anexo de presupuesto a las infancias en 2012, México no ha destinado un recurso específico para atención a la salud mental de niños, niñas y adolescentes, ni siquiera en un contexto postpandemia, y lamentablemente, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut), en el 2020 mil 150 menores de edad cometieron suicidio.
“No porque la niñez no participe en las urnas deja de ser importante, si realmente queremos transformar este país, no dejemos de ver qué invertir hoy en infancias es asegurar un mejor futuro para este país que es lo que todos queremos”, puntualizó el activista.
EHR