En la calle Oviedo Mota, de Morelia, Michoacán, sobresale una mansión. Era la casa que habitaban los gobernadores del estado, edificada en 1988. El último en vivir aquí fue el ex mandatario Silvano Aureoles, quien de acuerdo con documentos en poder de MILENIO, realizó millonarias remodelaciones en la propiedad.
La puerta principal de la casa, elaborada por artesanos michoacanos de Santa Clara del Cobre, es la entrada a un sin fin de lujos y excentricidades.
El ingreso es por un imponente patio principal, al que llegaban los invitados de los gobernadores o sus familiares. A los extremos se ven los primeros cuartos, algunos que fueron ocupados para eventos privados o reuniones gubernamentales.
En la propiedad hay 20 baños, siete habitaciones, tres salas de estar, dos albercas, una cancha de basquetbol, tenis, futbol, tres helipuertos, un salón de eventos, tres áreas de SPA con jacuzzi, un área de gimnasio vacía y una torre de vigilancia.
Al subir las escaleras, hay una terraza con vista a la ciudad de Morelia y al fondo el cuarto principal, que parece de revista: cuenta con muebles de lujo, como aparadores en los que el ex gobernador guardaba joyas, accesorios y sus trajes. Ahí tenía su propio spa, equipado con jacuzzi, sauna y una barbería.
La puerta, paredes, ventanas y techos de esa habitación están blindados. Es un cuarto habilitado como búnker, en el que se buscaba garantizar la seguridad de Aureoles, pues fue quien realizó las modificaciones de esa recámara durante su gestión.
Detrás de un mueble para la televisión está un pasadizo secreto, que lleva a unas escaleras, por las que se baja a un pasillo y al cruzar otra puerta blindada se logra salir al área de canchas, que llevan hacia los helipuertos.
De acuerdo con documentos oficiales en poder de MILENIO, la primera remodelación en la época de Aureoles fue para la ampliación, mejoramiento, rehabilitación y equipamiento de instalaciones deportivas, recreo y atención al público, además de un helipuerto.
El monto del contrato fue de 12 millones 23 mil 424 pesos. El segundo fue para la ampliación, mejoramiento, rehabilitación y equipamiento de oficinas de gobierno por un monto de un millón 999 mil 282 pesos. En total fueron 14 millones 22 mil 706 pesos.
De lo que el ex gobernador dejó en la propiedad fue una cava y vajilla, junto con algunos reconocimientos y fotos tomadas durante su gestión.
La Casa Michoacán no será habitada por el nuevo gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, sino que será convertida en un recinto cultural que estará abierto a todos visitantes.
JLMR